
La finalidad de la V Asamblea Ciudadana de Podemos es nombrar a su nueva dirección, sin embargo este viernes, el foco en vez de estar en el contenido del documento organizativo y en el tándem de Ione Belarra e Irene Montero al frente del partido, estaba en el discurso del líder de Podemos en la sombra, Pablo Iglesias.
Subido en la palestra y dando cátedra, Pablo Iglesias logró poner en pie a los asistentes incluso antes de pronunciar palabra. La Asamblea que ha reunido a medio millar de personas, derivó en un mitin de tono claramente electoral, a pesar de que todo indica que no habrá elecciones hasta 2027. Sin aludirlos de forma explicita, Iglesias arremetió contra lo que calificó de "estupidez" del "mal menorismo", en una clara referencia a la alianza entre el PSOE y Sumar.
Con un discurso de resonancias belicistas, no vaciló en afirmar que la contienda frente a los adversarios, la "ultraderecha", solo puede ganarse "nacionalizando las empresas estratégicas, reformando los medios de comunicación para que dejen de ser un privilegio exclusivo de los multimillonarios y abandonando la OTAN".
Arremete contra Sumar por "no decir ni pío ahora que está en el Gobierno" y lanza una desairada descalificación hacia los sindicatos, a quienes "manda a la mierda" por respaldar la idea de un pacto entre el Partido Popular y el PSOE para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado en referencia a las recientes declaraciones del líder de CCOO, Unai Sordo. Asimismo, aprovechó la atención mediática para insistir en su campaña de crowdfunding destinada a ampliar la taberna Garibaldi, revelando además su ambición de establecer una en cada ciudad de España, concebida como un espacio de formación ideológica.
Con duras invectivas dirigidas al PSOE y a Sumar, Podemos expresa su aspiración de regresar a La Moncloa, o al menos de renacer políticamente tras una caída en picado pasando de los 69 escaños obtenidos en 2015 a los escasos cuatro con los que cuenta en la actualidad. En este espíritu de esperanza, la jornada en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo dio inicio al son de Volver, de Carlos Gardel, mientras los asistentes se ponían en pie al grito de "¡Sí se puede!".
Los dirigentes de Podemos que tomaron la palabra desde el escenario, como el diputado Javier Sánchez Serna, abogaron por rearticular una izquierda combativa frente a "la ofensiva para restaurar el orden previo al 15M y al surgimiento de Podemos", al tiempo que critica al Gobierno de coalición por solo buscar mantenerse en el sillón del poder. Las críticas a Sumar fueron una constante, al que despectivamente se refirieron como "la izquierda dócil, riquiña y de las magdalenas".
Podemos reiteró su acusación de que fue el PSOE quien los expulsó del Gobierno por resultar incómodos y por "cumplir con lo que prometen", al tiempo que reprocharon a Yolanda Díaz su actitud subordinada. "Si nos tiran al suelo, nos volveremos a levantar", proclamó con firmeza la portavoz María Teresa Pérez.
Una primera jornada de la Asamblea en la que saldrá reelegida secretaria general, Ione Belarra, siendo la única candidatura en lograr los avales necesarios. Podemos pone de relieve que el documento organizativo del equipo de Belarra establece que es la militancia el eje de todo, aunque Irene Montero haya sido proclamada candidata de la formación morada para las elecciones generales sin la convocatoria de primarias.

