El partido liderado por Santiago Abascal denuncia que las acciones del Ejecutivo suponen un ataque directo al patrimonio histórico y religioso de España, y rechaza la resignificación impulsada por el Ministerio de la Presidencia. Vox ha advertido que no permitirá que el Gobierno continúe, según sus palabras, "reescribiendo la historia" y "destruyendo símbolos fundamentales de la memoria nacional".

