
El cardenal Robert Prevost no estaba en las quinielas del Gobierno, donde apostaban por Pietro Parolin, el secretario de Estado de Francisco y con el que firmaron el acuerdo para resignificar el Valle de los Caídos, pero al Ejecutivo no le desagrada el perfil de Leon XIV. "Tiene una trayectoria solidaria, ha sido misionero en las zonas más pobres de Latinoamérica, en Perú", afirmaba en un vídeo enlatado el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, sobre el que recaen las competencias de relación con la Iglesia y la Santa Sede.
"Es un papa con ascendencia española, con el apellido Prevost Martínez", recordaba la mano derecha de Sánchez tras prometer que seguirán colaborando con el Vaticano "desde el respeto y el diálogo" para "seguir llegando a acuerdos". Más escueto era el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en un mensaje en la red social X felicitaba al nuevo pontífice y le deseaba que "contribuya a fortalecer el diálogo y la defensa de los derechos humanos en un mundo que necesita esperanza y unidad".
En el Gobierno, tanto en el PSOE como en Sumar, no ocultan que sentían una gran simpatía por Bergoglio. De ahí que hayan valorado como muy positivas las primeras palabras de León XIV al ser "muy cercanas al Papa Francisco". "Su primera alocución ha versado sobre todo sobre el diálogo, los acuerdos, sobre tender puentes y sobre construir una Iglesia para todos", terciaba un comunicado que cree que estas palabras van en línea "con el legado de Francisco".
¿Un español en lo alto de la curia?
Lo cierto es que en los últimos días, la relación entre el Gobierno con los cardenales se ha intensificado. Desde la muerte de Francisco hasta que éstos entraron en la Capilla Sixtina y las puertas se cerraron con el grito "Extra Omnes". La comunicación, apuntan algunas fuentes, ha sido constante y fluída. En el Gobierno no ocultaban su deseo de ver a un español saliendo al balcón de la basílica de San Pedro pero ya anticipaban que era complicado ya que, desde 1492 con Alejandro VI, no hay un Sumo Pontífice que haya nacido en España.
Pese a que las quinielas señalaban que había dos bien situados: el asturiano Ángel Fernández Artime y el almeriense que ejerce como obispo de Rabat, Cristóbal López Romero. Aún así en el Gobierno confían en que lo alto de la curia vaticana habrá un español, con estos dos cardenales como los mejor situados aunque hay otros como el cardenal Juan José Omella o José Cobo con el que mantienen una buena relación. Creen que esto es más viable que un Papa y auguran a que lo conoceremos en breve.
Además de la Secretaria de Estado, uno de los puestos claves y está al frente de la diplomacia vaticana, hay otros puestos como las congregaciones, las comisiones, los tribunales o los diferentes dicasterios o Consejos Pontificios que ayudan al Papa. Quizás ahí el Gobierno encuentro un interlocutor nacional.

