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Moncloa intenta desvincular la investidura de los delincuentes Cerdán y Puigdemont para salvar a Sánchez

En el Gobierno restan importancia a frases como en las que admitía ser "el arquitecto" del Gobierno y aseguran que Cerdán "ya no es de fiar"

En el Gobierno restan importancia a frases como en las que admitía ser "el arquitecto" del Gobierno y aseguran que Cerdán "ya no es de fiar"
El encarcelado Cerdán y el prófugo Puigdemont negocian las investidura de Sánchez. | Europa Press

Hay fotografías que hablar por sí solas. La de la última investidura fue la del número 3 del PSOE, Santos Cerdán, yendo a Bruselas a negociar con el expresidente catalán, Carles Puigdemont, el respaldo a Pedro Sánchez. Un comisionista, que se llevaba mordidas de obra pública, negociando con un prófugo a cambio de impunidad para el segundo. Ironías del destino, el que acabó primero en la cárcel fue el negociador socialista.

La investidura fue el pecado original de este Gobierno de Pedro Sánchez. En Moncloa, aunque no lo exterioricen, son conscientes y ahora se lanzan a desvincularla de Cerdán quien, ante el Supremo, se presentó como el "arquitecto" -quizás más ajustado sería el constructor- de la investidura. Unas frases que no gustaron en el entorno de Sánchez. Fuentes gubernamentales aseguran que es "tramposo" creer que en lo que participó el exsecretario de organización "está todo pervertido". Incluso reiteran que se trató de una "investidura limpia", pese a ser negociado por dos delincuentes que ahora tienen causas abiertas en los juzgados.

Este martes, durante el Consejo de Ministros, Pilar Alegría ya deslizó que la investidura no fue gracias a cesiones como la ley de amnistía sino "gracias al voto de 12 millones de personas que dijeron no a un gobierno de la derecha y la ultraderecha". Otra forma de tratar de cambiar el marco aunque esos votos no se habrían canalizado en una investidura si no hubiese una negociación.

Incluso en el Ejecutivo restan importancia al papel de exnúmero 3 del PSOE como negociador.. En privado incluso precisan que "hay mucho mito" en torno a Cerdán, admiten su influencia en la investidura de 2023 pero aseguran que fue escasa en la de 2019, pese a que el exsecretario de organización presumió de haber conseguido el respaldo del PNV gracias a su socio Antxón Alonso. Una frases que molestan en Moncloa donde ahora aseguran que su principal negociador, hasta hace 20 días, "ya no es de fiar".

El cerco al PSOE parece claro. El juez Leopoldo Puente, elogiado por ser garantista, mandó a la cárcel a Cerdán con un auto demoledor en el que asegura que "botín" puede estar en "otras personas físicas" o "jurídicas". Una pista que parece conducir a una posible financiación ilegal del PSOE pese a que, de momento, en el Gobierno la rechacen. Nadie en Moncloa quiere opinar sobre este asunto, que incomoda sobremanera, y remiten al juez para que aclare más sobre las personas "jurídicas".

La improvisación de Montero

El nerviosismo es evidente. La mayoría opta por el silencio y las improvisaciones se penalizan. Le sucedió a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, cuando, tras conocerse el encarcelamiento, salió a defender que Cerdán es "una persona que ya no tiene nada que ver con el PSOE", pese a que hasta hace poco más de dos semanas era el número 3 de la formación, el principal negociador y la persona que controlaba el partido.

En el Gobierno admiten que "no utilizó las palabras correctas". El malestar es evidente porque esas expresiones les recuerda al caso Gürtel, cuando Rajoy no mencionaba a Bárcenas y hablaba de "esa persona de la que usted me habla" Ahora, en Moncloa prometen que "no escondemos la palabra Cerdán" y aseguran que le seguirán mencionando para evitar cualquier comparación.

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