La gestión de Mónica García al frente del Ministerio de Sanidad ha sido un rotundo fracaso y evidencia su incapacidad para gestionar los retos del sistema sanitario español. Desde su nombramiento, la ministra ha enfrentado resistencias generalizadas que van desde los sindicatos y comunidades autónomas hasta las propias asociaciones de pacientes.
Su inacción y falta de ejecución efectiva está dejando a los pacientes y profesionales del sistema sanitario en una situación de vulnerabilidad y desprotección. La necesidad urgente de un cambio de rumbo es más evidente que nunca, y el reciente anuncio de su decisión de regresar a la Asamblea de Madrid en 2027 refleja un intento desesperado por recuperar una imagen política que ha quedado gravemente deteriorada.

