Según Garamendi, el Ejecutivo recurre al sector privado como objetivo cuando aplica medidas "puramente ideológicas", mientras se atribuye en solitario los buenos resultados económicos.
Estas declaraciones reflejan el creciente malestar del tejido empresarial ante un Gobierno que, según la patronal, ataca la iniciativa privada en lugar de apoyarla, incluso cuando el crecimiento económico depende en gran medida del esfuerzo de autónomos, pymes y grandes compañías.

