
Alberto Núñez Feijóo se mantiene firme en su decisión de ausentarse en la apertura del Año Judicial, a modo de protesta por la presencia del fiscal general imputado, Álvaro García Ortiz. En medio de la marejada, el presidente del Partido Popular se ha puesto del lado de los jueces y fiscales que sienten "malestar" y "desafección" ante la permanencia del fiscal jefe en su cargo, pese a estar siendo investigado, y la negativa del Gobierno a cesarle.
"La desafección e incomodidad de jueces y fiscales es constante y continua, ellos millos insisten en que el fiscal no se presente en la apertura del Año Judicial, algo que comparto", decía este jueves en medio de la polémica por su plantón, convencido de que, lejos de indignar a los jueces por rechazar su invitación, muchos la comparten y comprenden.
De hecho, Feijóo defiende que "por lealtad y respeto al poder Judicial y al jefe del Estado, mi presencia no puede validar los ataques del presidente del Gobierno a los jueces". Y es que será especialmente llamativa la intervención de García Ortiz este viernes ante quienes, precisamente, deben investigarle, y a los que ha criticado por abrirle una causa.
Una situación "anómala" y "excepcional" que Feijóo no tiene intenciones de respaldar acudiendo como si no sucediera nada. Y es que, durante el acto, se vería obligado a saludar al fiscal general del Estado, en una instantánea difícil de asumir en estos momentos para el PP. En su lugar, el líder de la oposición ha optado por hacerse la foto con Isabel Díaz Ayuso, objetivo de la Fiscalía y el Gobierno.
Alzar la voz en conciencia
"Siento que tengo que denunciarlo y por eso lo hago", se reafirmaba Feijóo, recordando que su asistencia al acto es una "cortesía" pero no una "obligación constitucional", aclarando así que su decisión es inamovible y responde al malestar existente también en la oposición por ataque del Gobierno a los jueces y la tensión a la que está siendo sometida la Fiscalía por la permanencia de García Ortiz.
De hecho, sus propios compañeros en el CGPJ han pedido que no asista, para evitar la polémica. No se descarta algún tipo de boicot de parte de los jueces y fiscales en el momento en el que el fiscal tome la palabra, dado que debe intervenir. Previsiblemente, defenderá la independencia judicial en un momento en el que ha atacado a sus propios colegas del Tribunal Supremo por procesarle.


