El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a centrar su discurso internacional en el conflicto de Gaza, asegurando este lunes que España adoptará aún más medidas —más allá de las ya aprobadas y anunciadas— si considera que son necesarias para "parar el genocidio".
Sánchez ha hecho estas declaraciones durante un acto celebrado en Madrid por el Día de las Personas Cooperantes, acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y con la situación en Gaza como eje central.
Mientras millones de españoles enfrentan problemas económicos, inseguridad y una sanidad colapsada, el presidente continúa desviando el foco hacia una política exterior marcada por su obsesión con Israel y una retórica que rompe con la línea de nuestros principales aliados internacionales.
Para la oposición, este tipo de intervenciones solo confirman que Sánchez prioriza su agenda ideológica y su imagen global por encima de los problemas reales de los ciudadanos. Además, su lenguaje, tildando de "genocidio" el conflicto, tensiona aún más la posición diplomática de España, poniendo en riesgo relaciones estratégicas clave.

