En estado crítico Antonio Tejero: del golpe de Estado de 1981 a la exhumación de Franco
El guardia civil entró al Congreso a grito de "¡Se sienten, coño!" y pegó dos tiros al techo durante la votación para hacer presidente a Calvo Sotelo.
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El 23 de febrero de 1981, un rostro hasta ese momento desconocido para todos los españoles irrumpió en el Congreso paralizando la votación con la que se pretendía erigir como presidente del Gobierno al entonces ministro Leopoldo Calvo Sotelo, que sucedería al primer jefe del Ejecutivo de la actual democracia española, Adolfo Suárez, que comenzó con la aprobación de la Constitución de 1978. A grito de "¡Se sienten, coño!", el teniente coronel Antonio Tejero interrumpió la sesión y pegó dos tiros al techo para dejar claro que lo que estaba sucediendo en el hemiciclo era un golpe de Estado.
Según ha avanzado El Mundo, el guardia civil había fallecido –aunque posteriormente ha rectificado asegurando que se encuentra en estado crítico— este jueves 23 de octubre de 2025 a los 93 años después de haberse deteriorado su estado de salud en los últimos meses de forma determinante. El teniente coronel se encuentra en su casa de Valencia rodeado de sus familiares, con los que ha mantenido una relación hermética que no ha trascendido a los medios de comunicación desde que saliera de prisión por su intentona de golpe de Estado.
Nacido el 30 de abril de 1932 en Alhaurín el Grande (Málaga), Antonio Tejero era en 1981 teniente coronel de la Guardia Civil, cuerpo al que ingresó en 1951 y del que fue expulsado tras protagonizar el golpe de Estado del 23-F. Después del fracaso del golpe de Estado, que fue urdido por él y otros militares ante el descontento generado en el seno de la Guardia Civil con los valores democráticos y los constantes atentados de la banda terrorista ETA, este fue condenado a 30 años de cárcel por rebelión, pero finalmente cumplió la mitad de la pena. Llevaba en libertad desde 1996.
"¡Quieto todo el mundo!"
Antonio Tejero fue el rostro y la voz del golpe, ya que la inmensa mayoría de españoles que vivieron aquellos momentos de tensión recuerdan aquel frenético día de principios de los 80 en el que el teniente coronel —característico por su bigote— entró a la Cámara Baja gritando "¡Quieto todo el mundo!" Ante el revuelo que generó su frase, volvió a gritar "¡Al suelo!" y finalmente disparó al techo para volver a exigir a los diputados que se sentaran: "¡Se sienten, coño!".
En esos momentos se dio uno de los enfrentamientos más tensos de la democracia: el entonces ministro de Defensa, Manuel Gutiérrez Mellado, se levantó y ordenó a Tejero y los 250 guardias civiles que habían entrado en el Congreso que depusieran las armas. Los golpistas le hicieron una especie de llave en el cuello, intentando reducirlo hasta que el propio Suárez consiguió calmarlo y el ministro volvió a su escaño. Suárez, Manuel Gutiérrez Mellado y el líder del Partido Comunista, Santiago Carrillo, fueron los únicos diputados que no se escondieron tras el escaño al escuchar los disparos. Los diputados pasaron 17 horas secuestrados hasta que el golpe falló por completo.
El discurso del Rey
De hecho, hubo horas de incertidumbre después de que contara con el apoyo de sectores militares contrarios al Estado de las Autonomías, la legalización del PCE o algunas reformas del Ejército. Los principales autores del golpe de Estado fueron el propio Antonio Tejero, el entonces segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, Alfonso Armada, y el capitán general Jaime Milans de Bosch, que decretó el estado de excepción en Valencia y sacó los tanques por sus calles.
El golpe de Estado falló por no contar con el apoyo del Rey Juan Carlos I, que como capitán general de las Fuerzas Armadas se posicionó firmemente del lado de la Constitución en un mensaje televisado que se emitió en RTVE. Pasadas las 12 horas del 24 de febrero, los guardias civiles abandonaron el Congreso y liberaron a los diputados tras haber entrado en él unos minutos después de las 18 horas del día anterior.
Exhumación de Franco
Una de sus últimas apariciones públicas fue cuando el Gobierno de Pedro Sánchez procedió a la exhumación del dictador Francisco Franco, cuyos restos fueron depositados en el cementerio municipal de El Pardo-Mingorrubio desde el 24 de octubre de 2019. Paradójicamente, este viernes se cumplen seis años de aquel momento en el que Tejero reapareció para mostrarle sus respetos a Franco.
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