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Desolación en el PSOE: Extremadura, de bastión socialista a sucursal en ruinas

En Ferraz asumen que no han sido capaces de movilizar al electorado y que "no han blindado" a Gallardo.

Miguel Ángel Gallardo | EFE

El declive del PSOE en Extremadura tiene nombre propio: Miguel Ángel Gallardo. Desde Ferraz se ha optado, por ahora, por la prudencia, aunque se esperaba el anuncio de su dimisión. La federación extremeña ha pasado de ser una de las más sólidas y determinantes del socialismo español a convertirse en un problema interno.

El batacazo electoral no ha sido fruto del azar, sino la consecuencia directa de la elección de un candidato "poco idóneo", según fuentes socialistas: el primer cabeza de lista imputado en democracia, señalado por el enchufe del hermano del presidente del Gobierno en la Diputación de Badajoz.

Sin haber podido aún digerir el devastador resultado, Gallardo, junto a compañeros de partido y con rostros serios, se preguntó de forma irónica "¿para qué han servido estas elecciones?", sin advertir que este desenlace, el peor registrado en la historia del PSOE en Extremadura, ha supuesto su destrucción política.

Sin mayor ejercicio de autocrítica que calificarlo como "mal" resultado, aseguró que los datos emanados de las urnas, elegidos por la ciudadanía, generarán "bloqueo e inestabilidad". Gallardo ha convocado de manera urgente a la Ejecutiva regional del PSOE y, por el momento, no ha dejado entrever su dimisión, a diferencia de lo que hizo su predecesor Guillermo Fernández Vara en 2023 pese a haber empatado en escaños y el entonces candidato socialista en Castilla y León, Luis Tudanca, tras las elecciones de 2022.

Gallardo se ha emplazado a analizar su continuidad en los próximos días, aunque todo apunta a que, desde la sede de Ferraz, el desenlace de su trayectoria política ya está decidido.

La autocrítica de Ferraz pasa por la voluntad de "reformular las cosas", en función de los ciclos electorales que continúan en 2026, y se limitan a insistir en la idea de ir "partido a partido". Sostienen, además, que este resultado no condicionará ni al presidente del Gobierno ni a Aragón, la próxima plaza en la que se medirá el impacto de los casos de corrupción y acoso sexual que sacuden al Gobierno y al PSOE. En todo caso, y pese a la intensa presencia del Ejecutivo durante la campaña electoral, así como a las hasta cuatro visitas del presidente Sánchez a Extremadura, fuentes socialistas sostienen ahora que Gallardo "no ha sido blindado".

Quien fuera alcalde de Villanueva de la Serena durante 21 años no ha logrado siquiera el respaldo de quienes fueron sus propios vecinos. La comparación con la etapa de Guillermo Fernández Vara resulta demoledora, al cosechar el peor resultado de la historia del PSOE en Extremadura. El que durante décadas fue un feudo socialista se ha convertido ahora en el ejemplo más evidente de un resultado que el PSOE se resiste a interpretar en clave nacional, pero que inevitablemente marca el inicio de un ciclo electoral que continuará en Aragón y Andalucía.

La noche electoral en Ferraz se vivió con desolación. Prueba de ello fue la escasa presencia de miembros de la dirección socialista: únicamente acudieron Rebeca Torró, secretaria de organización de PSOE; Borja Cabezón, adjunto a la secretaría de organización; Anabel Mateos, adjunta a la secretaría de organización; y Montse Mínguez, portavoz nacional.

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