6.- Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias
A unos 15 minutos de San Martín de Valdeiglesias, al lado del embalse de San Juan, se encuentra una de esas joyas del camino que no suelen aparecer en las guías de viajes. Se trata del
Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, también llamado, monasterio de Pelayos de la Presa.
Su dilatada historia hacen de este lugar un tesoro del patrimonio madrileño. En el año 1150, con intención de repoblar los territorios reconquistados, Alfonso VII, pasó por el Valle de las Iglesias, teniendo noticia de la existencia de una comunidad benedictina. Con este objeto el Rey otorgó a los monjes eremitas un Privilegio Real de fundación, fechado en Toledo el 30 de noviembre de 1150 por el que se fundaba el Monasterio de Valdeiglesias, para lo cual deberían agruparse los doce eremitorios en uno solo, el de la Santa Cruz, constituyendo una única comunidad, sometida a la regla benedictina.
Durante los siete siglos de vida activa de que gozó este Monasterio hubo momentos de gloria y ruina. La incorporación a la Observancia de Castilla, apoyada por los Reyes Católicos, trajo gran autonomía y solvencia económica al monasterio, pero sus dos grandes incendios (1258 y 1768) y la venta de sus señoríos de San Martín, 1434 y Pelayos 1552, sumieron al monasterio en la pobreza, que arrastraron hasta su casi desaparición definitiva, por la Ley de Desamortización de Mendizábal, en 1835.
Fueron 138 años los que pasaron desde que los monjes tuvieron que dejar el Monasterio, hasta que en 1974, el arquitecto madrileño Mariano García Benito acabó con el expolio y abandono del monumento comprando sus ruinas por un anuncio aparecido en un periódico madrileño que ofrecía su venta. A partir de ese momento la protección y cuidado del Monasterio quedaron garantizados, y volvió la paz que en su momento tuvo. Posteriormente, ya en el año 2004 se constituye la Fundación Monasterio Santa María la Real de Valdeglesias, que da una nueva vida al conjunto histórico.
Actualmente está en proceso de restauración, aunque es posible visitarlo desde el mes de julio, solicitando previamente una cita
a través de su web, tanto para grupos como para una visita particular.