El Reino Unido deberá resolver, tras el ultimo atentado islamico, el "dilema del taxista español": Dejar subir a su taxi al que lepuede, le va a degollar...

Los políticos y legisladores españoles se caracterizan por no saber prever, resolver casos y cosas posibles.
Lo podemos ver en la actualidad reciente:
Se da el caso del politizado que ocupa un piso, o el carota que no lo paga. Cuesta de dos a diez años recuperar la propiedad, más un gasto de costas del orden de los tres/cinco mil euros.
Se da, a la vez, el caso del que ha comprado un piso a crédito. Ha pagado los plazos seis años... deja de pagar dos meses y, en otros dos, a la calle.
(No se ha resulto el primero, ni el segundo, ni los intermedios)

Parecido es lo del taxista.
No puede reservar el derecho de admisión en su coche. Si tiene miedo, que se ponga escolta pagada por él ¿Nunca han viajado de noche, en un taxi...en el que el conductor va acompañado de esposa, hijo, amigo..?
Porque .. Ay, del que se niegue a subir.
Negarse a subir al asesino de Londres (perteneciente a todas las etnias minoritarias, discriminables - negro, musulmán, pobre... solo le faltaría ser gay) le hubiera salido... no me atrevo a decirlo. Y subirle, es morir.
Buen dilema (teórico, ojo. De estudio, no de calificación. Sería una presunción injuriosa)

Los ingleses se han topado de golpe conviviendo con una étnica que les puede, que les va a degollar. Con la bendición de su religión y su clero.
¿Convive o deja de convivir?

Uropa nos une.
Aunque Cameron no es Gallardon.
Ni Elizabeth II es Juan Carlos I,