Los nuevos "agradaores"

El mundo rural enseña mucho, por que al fin es el que guarda la esencia de nuestra historia, de forma que igual encuentras a gente con un sentido común imponente, el ejemplo de esos abuelos de un pueblo de Soria hablando de “economía”, ahora tan publicitados, es una buena prueba, existen organizaciones que sirven de espejo a instituciones actuales.

Una de ellas, al menos en Andalucía, donde hace años se hacía vida en los cortijos, la estructura era compleja, y cada uno cumplía su papel con arreglo a unas reglas determinadas, de modo que figuras como el aperador (aperaor en el habla andaluza) era un poco el encargado, el maestro armero, el mil hombres, el “vicepresidente”, luego estaba el casero que llevaba asuntos de habituallamiento, cocina...el “pensaor” que no es que fuera un filósofo, si no que ponía el pienso a las bestias, el mamporrero, oficio artístico que trataba de apuntar el miembro del caballo o burro a donde debía estar...

Además del empresario, mal llamado señorito, que esos como en botica había de todos, y al final sólo quedaban los buenos, los otros se arruinaron o diluyeron las tierras en una generalmente prolifera familia, producto de aquellas siestas de alto poder calorífero , pues bueno a lo que iba, había una figura, poco conocida, pero muy importante, que trataba de hacer la vida mas agradable al señorito, con lo que eso revertía en el buen ambiente en la organización, esa figura, era la del “agradaor”, una especie de chiquito de la calzada, que mantenía el buen rollo y la risa tan necesaria en un tiempo en que se trabajaba de sol a sol.

Quiero trasladar esa organización a nuestra estructura del gobierno actual, y queda claro quien haría el papel de señorito, el de aperador...pero la figura de “agradaor”, se ha convertido en una numerosa cohorte de individuos, que todos están para mantener el buen rollito, y tener contento al señorito, por que hay una proliferación de esas figuras, que si no hace funcionar bien la calabaza con pepitas propia del bufón, se tendría que ir a repartir estampitas de santa teresita de Lisieux, o fotos eróticas de intermediarias financieras.