Menú
¡Cómo cambian los tiempos!

Cosas que hacías antes de tener móvil

¿Recuerdas cuando no tenías teléfono móvil? Nosotros tampoco, pero echando la vista atrás hemos recopilado unas cuantas cosas que haciamos antes y que quizá convenga recordar para, al menos, encajar con conocimiento de causa las collejas de tu novia, enfadada porque no dejas de mirar el Twitter como un enfermo. | Juanma González/Patricia Velasco

1 / 17

Meterse en esa cabina en plena solera de agosto. Y encima huele mal. ¡Y se ha tragado tus cinco duros! Mira, mejor lo dejamos.

2 / 17

Ahora formas parte de mil grupos en el Whatsapp, pero antes no te quedaba más remedio que escuchar atentamente si alguien quería anunciar algo. Y luego a otra cosa mariposa, que tampoco era para tanto.

3 / 17

Alvy Singer no compró sus entradas de cine por internet, y tuvo que hacer cola. Menos mal que por el camino se le apareció Marshall McLuhan.

4 / 17

Si Friends tuviera lugar ahora, estos seis irían mirando el teléfono. ¿Qué te apuestas?

5 / 17

Antes era más difícil retratar tus fiestas con amiguetes, como en los títulos de Cómo conocí a vuestra madre. Claro que tampoco era tan importante: no tenías Facebook para presumir de amigas con escote. Y lo del selfie mejor olvídalo: te puedes torcer la muñeca con ese muerto de cámara.

6 / 17

El pesado de Ted sigue escribiendo cartas de amor con pluma porque es un romántico redomado y cree que escribir una carta de amor con pluma está bien. Y a lo mejor funciona. Sí, Ted es de esos que van de solitarios pero que encadenan más novias por temporada que tú en toda tu vida. Desgraciado.

7 / 17

En general, si tenías un problema en casa te lo tenías que comer tú sólo. No tenías Google para aprender fontanería básica por esa fuga tan rara ("¡no pasa nada, es sólo un poco de agua!", dijo él). O ese inesperado invitado llamado "fuego" en la cocina. Eras tú y tus circunstancias. Matar o ser matado.

8 / 17

Pero admitámoslo: el móvil te ha permitido prescindir de media docena de cacharros. Entre ellos, ese artilugio infernal llamado reloj despertador.

9 / 17

Claro que tampoco era tan efectivo.

10 / 17

Lo de preguntar a la gente cómo llegar a un sitio ya es historia, y sólo lo hacen señores mayores o fracasados sin 3G.

11 / 17

El gran perjudicado del fenónemo del móvil ha sido el contestador. Aislado y abandonado en algún lugar de la casa, él y el teléfono fijo planean una venganza en la que no quedará títere con cabeza. ¿Te acuerdas de lo que era grabar un mensaje para tu palomita, o tener que hablar sentado en una esquina del sofá?

12 / 17

Ahora es imposible gastar bromas telefónicas anónimas, tu nombre o tu número aparecen sí o sí en el móvil de tu víctima. "¿Está la señora Chondo? De nombre Estoica".

13 / 17

El walkman podía arrimarse peligrosamente al borde de la bañera y tampoco pasaba nada. Haz lo mismo con un iPhone 6 de 900 euros, si es que tienes valor. Vamos, listillo.

14 / 17

Antes nos aislábamos de los demás leyendo el periódico o un libro. Ahora todo está dentro de tu tableta o tu teléfono. La lectura, esa plaga que nos distrae, aísla y nos enclaustra, sigue sin ser erradicada.

15 / 17

Antes, la prioridad era cuidar y proteger los billetes, reservas y documentos de valor. Ahora la cartera te da lo mismo, prefieres que el señor ladrón se lleve tu dinero, pero oh-no-dios-mio, el móvil ¡NO!.

16 / 17

El telefonillo es otro dispositivo en vías de extinción, que sólo usas cuando visitas a tus padres. Para todo lo demás, un toquecito.

17 / 17

Y es que no te engañes: incluso tu ordenador ha resultado perjudicado con esto del móvil. Cuanto más pequeña es la pantalla, más moderno eres. Navegar por internet o ver una serie en 17 pulgadas es de abuelos.

Recomendamos

0
comentarios