Ivana Trump, la modelo checoslovaca que huyó del comunismo y fascinó a la sociedad estadounidense

Nacida en el bloque soviético, su infancia y juventud estuvieron ligadas al esquí profesional. Huyó a Canadá y después a Estados Unidos, donde conoció a su tercer marido, Donald Trump y juntos construyeron uno de los grandes imperios inmobiliarios de Estados Unidos. Ha fallecido a los 73 a causa de un accidente doméstico.

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Ivana Trump, la primera mujer del expresidente estadounidense Donald Trump y madre de tres de sus hijos, falleció el pasado jueves por causas que todavía se desconocen, aunque se investiga si pudo caerse por las escaleras de su casa de Nueva York. El empresario quiso recordarla como una mujer "maravillosa y bella" que llevó una "vida genial e inspiradora" y que se enorgullecía de sus hijos, Donald Trump Jr., Ivanka y Eric.

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Trump recuerda que su mujer “era una superviviente". “Huyó del comunismo y abrazó este país. Enseñó a sus hijos a tener agallas y resistencia, compasión y determinación”. Nacida en la antigua Checoslovaquia, abandonó su país natal para viajar a Canadá en busca de nuevas oportunidades.

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Durante su infancia demostró talento para el esquí y llegó a ser suplente en los Juegos Olímpicos de Sapporo en 1972. Sus viajes la llevaron a enamorarse del mundo occidental fuera del dominio soviético, pero el miedo a que la señalaran como desertora y su familia sufriera las consecuencias frenaron sus impulsos.

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Para salir del bloque soviético accedió a casarse con Alfred Winklmayr, un amigo de la infancia y ciudadano austríaco, para conseguir el pasaporte extranjero. Vivieron juntos en Praga aunque según publicó The Washington Post, el abogado de Ivana en 1990 describió la unión como un “matrimonio de la Guerra Fría” que “nunca se consumó”.

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En 1975 abandonó definitivamente Checoslovaquia y se mudó a Canadá, donde trabajó como instructora de esquí y, en ocasiones, también de modelo. Allí volvió a contraer matrimonio con el ciudadano canadiense George Syrovatka, pero tras su nuevo divorcio, se mudó a Nueva York, donde conoció al empresario Donald Trump.

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Aquel fue su matrimonio más largo y famoso, y el que le dio notoriedad en la clase alta estadounidense. Se conocieron en el restaurante Maxwell’s Plum de Nueva York, ella siendo modelo y él el hijo de un empresario de bienes raíces. Trump le consiguió a su grupo de amigos una mesa en el restaurante y pagó la cena, llamando la atención de Ivana, que en un primer momento no mostró interés romántico en él.

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El 7 de abril de 1977 se casaron en una lujosa boda a la que acudió la alta sociedad de Nueva York. Trabajadora y con inquietudes, no se limitó a ser la típica mujer de multimillonario, sino que desempeñó un importante papel en el imperio familiar, ocupando altos cargos en los negocios de ambos.

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Ivana desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del imperio inmobiliario Trump. Tan ambiciosa como su marido, en los 80 le gustaba presumir que “dentro de 50 años, seremos los Rockefeller”.

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La modelo y empresaria se presentó ante la élite adinerada de Nueva York como una mujer encantadora y sofisticada, un papel que le abrió las puertas de los círculos más exclusivos tanto a ella como a su marido. Ivana Trump recibió casi tanta atención de la prensa como su esposo, con la excesiva y llamativa década de los 80 como escenario. Fiestas, lujo y negocios eran su hábitat natural.

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Su entorno más cercano la definía como adicta al trabajo y muy detallista. El matrimonio trabajó en el desarrollo de la célebre Torre Trump en Manhattan y el Trump Taj Mahal Casino Resort en Atlantic City, Nueva Jersey. Vicepresidenta de diseño de interiores de su empresa, la Organización Trump, gestionó también el Hotel Plaza, una de sus posesiones más preciadas, todo ello mientras criaba a sus tres hijos.

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Los Trump se divorciaron en 1990, una separación que llegó, en parte, por la aventura de Trump con Marla Maples, con quien se casó más tarde. El divorcio acaparó las páginas de la prensa sensacionalista durante semanas y le dio un aura todavía más especial, convertida en heroína de las mujeres divorciadas. En este sentido, tuvo un cameo en la película de 1996 El club de las primeras esposas, en la que le dice a un grupo de mujeres divorciadas “don't get mad, get everything", es decir, “no os enfadéis, quedaos con todo".

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Poco después de su divorcio de Donald Trump, firmó con la agencia William Morris. Su imagen se convirtió en marca y lanzó su propia marca de moda, joyería y productos de belleza vendidos con enorme éxito. También ha escrito varios libros superventas y creó la empresa Ivana Inc., que se encargaba de controlar sus apariciones públicas, eventos, participaciones en campañas publicitarias, etc.

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Ivana se volvió a casar en 1995 con el empresario italiano Riccardo Mazzucchelli, aunque el matrimonio apenas duró dos años. Después llegaría el actor italiano Rossano Rubicondi (en la imagen), con el que se dio el ‘sí quiero’ en 2008 tras seis años de noviazgo. Él era 23 años más joven que ella pero eso nunca supuso un impedimento para su historia de amor. Se divorciaron un año después de casarse pero su relación seguía siendo muy especial, incluso se rumoreó que volvieron a estar juntos. Rubicondi falleció en 2021 tras no poder superar un cáncer de piel.