Doce joyas (no tan conocidas) de Joaquín Sabina

Este jueves, Joaquín Sabina cumple 66 años. El cantautor está a punto de retomar la gira "500 noches para una crisis", con la que celebra los 15 -ya 16- años que cumple su disco más conocido. Como homenaje al ubetense presentamos esta videogalería, en la que hemos pretendido huir de los greatest hits y centrarnos en las caras B o en las canciones perdidas.

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Sabina reniega de todos aquellos que, en un momento dado, le aplaudieron o le odiaron y, posteriormente, ya fuere por envidia o por peloteo, cambiaron su forma de pensar y actuar respecto a él, como la vecina que nunca saludaba y ahora le dice que su última novela "la excita más que todo Camilo José Cela", o el manager que le despreció y que, ahora, "moviendo la cola, se acercó como un perro".

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Una tragedia protagonizada por dos okupas (Adán y Eva), expulsados del paraíso (un piso abandonado en Moratalaz) por un la "pasma" y por un "ángel disfrazado de alguacil" que “bajó a golpes por la escalera” a la mujer, ya embarazada de Caín. Sin duda, una de las piezas mejor narradas y más estremecedoras de todo el cancionero de Sabina.

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Escrita junto al poeta Benjamín Prado, Sabina encarga a un viajero que regresa a una "ciudad del norte" que le diga a su amada que le echa de menos. El cantante dice que se encuentra "como una Kawasaki en un cuadro de El Greco, / igual que un perro a cuadros, / igual que un gato azul". Recuerda a “Girl from the North Country”, de Bob Dylan.

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Típica historia de Sabina: chico conoce a chica, se acuestan, y esta desaparece al día siguiente. Eso sí, cantada y contada como él sólo sabe hacer de bien: "La buena reputación es conveniente dejarla caer / a los pies de la cama. / Hoy tienes una ocasión de demostrar que eres una mujer / además de una dama". Alguna vez la interpreta su escudero, Pancho Varona.

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Sabina juega con el oxímoron en buena parte de sus canciones y, en "Corre, dijo la tortuga" demuestra una gran maestría con esta figura literaria. Sabina se dirige a una parte de personalidad, "el íntimi enemigo" que nunca sigue sus propios consejos y al que no le debe "más que el empujón que anoche / me llevó a escribir esta canción". La rescató en una de sus últimas giras por América Latina.

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La súplica más hermosa, emocionante y cursi que se ha escrito en el cancionero español. "Y si quieres también / puedo ser tu trapecio y tu red, / tu adiós y tu ven, / tu manta y tu frío, / tu resaca, tu lunes, tu hastío". La voz poética puede ser mil cosas siempre y cuando la amante le corresponda. Una piez impecable. Serrat la ha versionado.

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Un rock&roll puro y "carabanchelero" (canta Rosendo) contra la crisis de los cuarenta. Sabina cuenta cómo les ha ido en sus vidas a "más capullo", al “superclase” y a “la más maciza” de su clase. Él, por su parte, sigue igual de flaco e “igual que antes de loco / por cantar, / por cantar el blues / de lo que pasa en mi escalera”.

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Con letra de Sabina y melodía de Calamaro. Un rock fresco e intenso, con una letra que trata sobre un amor difícil, en el que el malo, el cobarde, quien falla, es el tipo. "A menudo los labios más urgentes / no tienen prisa dos besos después". Muy habitual en los conciertos del argentino.

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Dicen que el mejor Sabina es el de 19 días y 500 noches. Discrepo. En mi opinión, Yo, mi, me, contigo tiene un aura doliente que, si bien no lo convierte en un Blood on the tracks, sí que le da un plus más crudo, sentimental y pesimista. Ahí están, por ejemplo, las archiconocidas "Contigo", "Y sin embargo", o la menos habitual y rockera “Es mentira”, cantada junto a Charly García.

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Esta bonita habanera no está registrada en ningún disco de Sabina. La interpretó en el concierto que se celebró por el 40 Aniversario de la Casa de las Américas, en La Habana. En palabras del propio cantautor: "El gorrión, aparte de un pajarito, es la tremenda nostalgia que sufre cualquiera que haya pisado alguna vez esta maldita y bendita e incomparable tierra".

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Dímelo en la calle es uno de los discos más infravalorados de Sabina. Contiene sus mejores canciones -después de 19 días y 500 noches-, como "Peces de ciudad", "La canción más hermosa del mundo", o “Arenas movedizas”, una pieza que, musicalmente, recuerda mucho al “I shall be released” de Bob Dylan.

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Compuesta para la comedia protagonizada por Santiago Segura y Florentino Fernández, en la que el propio Sabina hizo un cameo interpretándose a sí mismo. Hermosa e hipnótica canción de amor a una joven rubia descrita como una "carterita para el buen ladrón, / lagrimón de cocodrila, / juego de Dalila con Sansón", "tragaperras de mi vanidad" y “clorofila de la soledad”. Una joya.