Se ha forjado un frente común anti Valls que incluye a separatistas, socialistas, podemitas, 'comunes' y populares. Para que luego digan que no se ponen de acuerdo en nada.
Esa gente está convencida de que la Marcha Real es la cumbre sinfónica del fascismo. Le llaman el "lolo-lolo" y atribuyen la carencia de letra al analfabetismo intrínseco del pueblo español.
Limitados sus amigos a enemigos del enemigo, el diablo yanqui une a Rubianes y Jomeini como el matritense a Colau con el oratorio islámico, y recomiendo a los Cervera captar el secreto homenaje unido a la afrenta.
¿Alguien duda de que el partido de Urkullu y Ortuzar va a poner encima de la mesa la exigencia del acercamiento de los presos de ETA al País Vasco? ¿Y qué hará entonces Rajoy?
Indeseables repulsivos comidos por el fanatismo han descargado su resentimiento infame sobre hijos de guardias civiles y policías que tienen la desgracia de padecerlos como profesores.
Las pensiones han sido la ventana de oportunidad para canalizar una protesta que pretende una cosa muy sencilla: democracia real e igualdad jurídica para todos.
Una década después de la publicación de aquel libro, el paisaje que predomina en las aulas de enseñanza media en España ha confirmado nuestras peores sospechas.