En pocas horas el huracán Milton golpeará la costa de Florida, y amenaza con destruir la ciudad de Tampa. Conscientes de la gravedad de la amenaza ha comenzado el éxodo, no queda nadie en las calles, solo la imagen de una sobrecogedora calma. Calles desiertas por las que apenas transita ya algún que otro camión que termina de recoger los escombros del huracán Helene que pueden convertirse en armas arrojadizas.

