
Los huracanes, también llamados ciclones tropicales, son sistemas atmosféricos de gran escala que se forman sobre las cálidas aguas oceánicas. Alimentados por la energía del agua caliente, estos fenómenos generan vientos destructivos, lluvias intensas y peligrosas marejadas que pueden inundar grandes áreas costeras, causando daños devastadores.
El huracán Milton, de categoría 5, es el último ejemplo de la fuerza destructiva de estos ciclones. Con vientos que superan los 250 kilómetros por hora, Milton se dirige hacia Florida, donde impactará la región metropolitana de Tampa este miércoles. Esta zona, con más de 3,3 millones de habitantes, se enfrenta a una gran amenaza tras el reciente paso del huracán Helene, que causó más de 200 muertos la semana pasada.
¿Cómo se forman los ciclones tropicales?
Los huracanes nacen en las aguas cálidas de los océanos tropicales cuando una perturbación atmosférica, como una onda tropical, encuentra las condiciones adecuadas. Estas condiciones incluyen temperaturas del agua superiores a los 26 °C, alta humedad y baja cizalladura del viento. Cuando estas variables se alinean, se favorece el ascenso del aire cálido y húmedo, lo que desencadena la formación de nubes de tormenta y, eventualmente, un sistema ciclónico organizado.
Uno de los factores que más contribuyen a la formación de huracanes son las Ondas Orientales Africanas (AEW), que se desplazan desde África hacia el oeste a lo largo del Atlántico. Estas ondas son responsables de la formación del 85% de los huracanes más intensos. Otro fenómeno relevante es la Capa de Aire del Sahara, una masa de aire seco y polvoriento que puede tanto debilitar un ciclón al secarlo, como potenciarlo en algunas circunstancias.
Ciclo de vida y desarrollo de un huracán
Cuando los vientos alcanzan una velocidad constante de 120 kilómetros por hora, la tormenta se clasifica oficialmente como un huracán. A medida que el huracán se fortalece, la estructura de la tormenta cambia: las bandas de tormentas eléctricas se organizan en espiral alrededor de un ojo, una región central de calma relativa.
A lo largo de su vida, un huracán puede experimentar ciclos de reemplazo del ojo. Durante estos ciclos, el ojo original de la tormenta se cierra y uno nuevo lo reemplaza, lo que provoca fluctuaciones en la fuerza de la tormenta. En algunos casos, los vientos pueden disminuir momentáneamente antes de volver a intensificarse, creando una peligrosa oscilación en la intensidad.
Desplazamiento y trayectoria de los huracanes
El movimiento de los huracanes está determinado por patrones atmosféricos mayores, como la cresta subtropical, una zona de alta presión que empuja a los ciclones hacia el oeste. Sin embargo, cuando un huracán alcanza el borde de la cresta, puede comenzar a curvarse hacia el norte o el este, lo que se conoce como recursividad. Este fenómeno explica por qué muchos huracanes cambian su rumbo y evitan tocar tierra, aunque no siempre es el caso.
Cuando un huracán golpea tierra, se debilita rápidamente. Esto ocurre porque la tormenta queda desconectada de las aguas cálidas del océano, su fuente principal de energía, y comienza a absorber aire seco continental. Sin embargo, incluso cuando la tormenta se debilita, las lluvias persistentes pueden causar graves inundaciones en zonas alejadas de la costa.
La escala Saffir-Simpson y la clasificación de huracanes
Para medir la potencia de los huracanes, los meteorólogos utilizan la escala Saffir-Simpson, que clasifica estos fenómenos en cinco categorías en función de la velocidad del viento. Un huracán de categoría 1 registra vientos de entre 120 y 150 kilómetros por hora, mientras que aquellos de categoría 5, como Milton, superan los 250 kilómetros por hora, lo que los convierte en los más peligrosos y destructivos.
Con la llegada inminente de Milton a las costas de Florida, las autoridades han reforzado las órdenes de evacuación en las zonas de mayor riesgo. Los residentes afectados han comenzado a desalojar sus hogares, mientras los meteorólogos continúan monitoreando de cerca el avance de uno de los huracanes más intensos de la temporada.

