Los tornados que han azotado el medioeste de Estados Unidos han dejado un saldo trágico de siete fallecidos y mantienen a más de 15 millones de personas en alerta. Los vientos alcanzaron picos de hasta 120 km/h, causando graves daños en varias infraestructuras, especialmente en los estados de Arkansas y Tennessee.
Además de los fuertes vientos, el riesgo de inundaciones es extremo debido a las lluvias intensas previstas, calificadas como "una vez en la vida". Las autoridades locales han instado a la población a mantener la precaución y seguir las recomendaciones de seguridad, recordando que los efectos de este fenómeno meteorológico podrían persistir en las próximas horas. Las instituciones continúan monitoreando la situación y haciendo un llamado a no bajar la guardia.

