En una ceremonia celebrada rodeado de mineros vestidos con su ropa de trabajo, Trump presentó su plan para revitalizar la industria minera y promover el sector del carbón, priorizando el uso de combustibles fósiles por encima de las energías renovables.
Con esta iniciativa, el mandatario busca impulsar la creación de empleo en la minería, un sector clave para varios estados, y revertir las políticas energéticas que favorecen las energías verdes, consideradas por Trump como perjudiciales para la economía y la competitividad del país. En su discurso, el presidente defendió el carbón como una fuente de energía confiable y accesible, asegurando que la transición hacia energías limpias ha sido un obstáculo para el crecimiento económico.

