La Cámara de Representantes de EEUU ha dado luz verde este jueves, por un margen de 218 votos a favor frente a 214 en contra, al ambicioso paquete fiscal de Donald Trump. La medida, calificada por el presidente como una "gran y hermosa ley", ha salido adelante a pesar del voto contrario de dos congresistas republicanos, Thomas Massie y Brian Fitzpatrick, que rompieron la disciplina de partido. En todo caso, el margen final ha sido más amplio que el original, puesto que la primera versión de la norma fue aprobada por la Cámara por un solo voto.
El último obstáculo al que ha hecho frente la votación han sido las 8 horas y 45 minutos del discurso con el que el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, intentó retrasar el voto para obstaculizar el proceso.
La reforma contempla una significativa bajada de impuestos, incluyendo la exención a las propinas, y un aumento del gasto en partidas clave como la militar y la vigilancia fronteriza. Por contra, reduce el gasto en sanidad pública y una pequeña parte de las subvenciones a energía solar de la "ley de reducción de la inflación" del Gobierno de Biden. El paquete añadirá 3,3 billones de dólares al déficit en la próxima década, según las estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Como era de esperar, la aprobación no ha sido bien recibida en el Fondo Monetario Internacional (FMI). La portavoz del organismo, Julie Kozack, ha criticado la ley por ir en contra de sus recomendaciones de subir impuestos para reducir el déficit. "Estados Unidos necesitará reducir su déficit fiscal", ha insistido Kozack, llegando a sugerir una subida de impuestos a la clase media, justo la política opuesta a la impulsada por la Administración Trump.