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¿Ha cambiado finalmente Trump de opinión respecto a Rusia y Putin?

Está por ver este cambio, porque las sanciones, sean las que sean, no llegarán hasta acabado el verano, y en tiempos de Trump eso es una eternidad.

Donald Trump se pasó diciendo toda la campaña que si él hubiera sido presidente, Putin jamás habría intentado invadir Ucrania, y que en cuanto estuviera en el poder acabaría con la guerra en 24 horas. Es posible que tuviera razón en lo primero, pero lo segundo está claro que no lo ha cumplido aunque, siguiendo la regla de oro de que a Trump hay que tomárselo en serio, pero no literalmente, lo cierto es que sí que se tomó muy en serio iniciar conversaciones para un alto el fuego, por más que no hayan llegado a nada.

Este lunar posiblemente sea lo peor de su presidencia hasta el momento, junto con su dañina, absurda e intelectualmente insultante guerra arancelaria. No porque no haya acabado con ese conflicto, que no depende de él, sino por la repugnante obsequiosidad que ha mostrado en todo momento con Putin y la agresividad rayana con el insulto que ha mostrado hacia Zelenski, que alcanzó su cénit en la tristemente famosa comparecencia conjunta de finales de febrero.

A partir de entonces, seguramente mejor aconsejado, el presidente ucraniano pasó de contradecir al presidente norteamericano diciéndole la verdad a hacerle la pelota siguiéndole la corriente, pese a saber que lo llevaba por un camino a ninguna parte. Llegó a un acuerdo para ceder a Estados Unidos la explotación de las tierras raras, propuso y dio su consentimiento a distintos acuerdos de alto el fuego y mostró, en definitiva, que estaba con Trump en sus infructuosos intentos de acabar con la guerra, seguramente consciente de que acabarían en nada.

Mientras, Putin aprovechó la buena voluntad hacía él de Trump para, esencialmente, ganar tiempo e intentar mejorar su situación militar. Una y otra vez, después de cada incumplimiento, después de cada rechazo a un acuerdo, Trump mostraba su hastío y su voluntad de darle dos semanas para que recapacitara. Parecía aquello la obra de Esta casa es una ruina, que siempre estaba a dos semanas de terminar. Y de dos en dos semanas llegamos a primeros de mes, cuando el Pentágono puso freno a la entrega de armamento ya comprometido por la administración Biden a Ucrania, en lo que parecía el abandono definitivo del país invadido en manos del invasor.

Venta de armas a Ucrania

Y sin embargo, ha sido sorprendentemente lo contrario. Durante estas dos semanas no sólo se han vuelto a retomar las entregas, revirtiendo una decisión que seguramente se tomó a espaldas de Trump asumiendo por buenos motivos que esa era su postura, sino que el presidente norteamericano ha ordenado por primera vez en su mandato entregas de armamento que no estaban comprometido por Biden. En una comparecencia con Mark Rutte, secretario general de la OTAN, ha anunciado un nuevo programa de venta de armas a Ucrania por valor de alrededor de 10.000 millones de dólares pagados con los impuestos de otros países de la OTAN y poco más tarde ha amenazado a Putin con nuevas sanciones y hasta ha insinuado la posibilidad de aplicar aranceles a los países que comercien con Rusia. ¿Qué ha pasado?

¿A qué se debe el cambio de actitud de Trump?

El cambio de actitud parece haberse producido a partir de la última llamada con Putin, que parece haber colmado la paciencia del republicano. Después de numerosas conversaciones tras las que parecía que podía llegar a algún sitio, pero en último término no se traducían en nada útil, en la de la semana pasada Putin ni siquiera accedió de boquilla a las pretensiones del republicano. Trump parece ahora convencido de que además de las numerosas zanahorias que ha entregado al ruso sin recibir ninguna contrapartida, sólo un enroque en sus posiciones, ha llegado el momento de dar palos. Seguramente el reciente conflicto con Irán también ha pesado en su decisión, tras ver no sólo que bombardear instalaciones nucleares del aliado de Rusia no perjudicaba su popularidad, sino que el sector de su base electoral más afín a Rusia y contrario a Israel era esencialmente irrelevante.

¿Será definitivo este cambio de actitud? Está por ver, porque las sanciones, sean las que sean, no llegarán hasta acabado el verano, y en tiempos de Trump eso es una eternidad. Rusia intentará aprovechar militarmente al máximo ese periodo y quizá Putin pueda conseguir embaucarle de nuevo. Yo creo que no será así, y que ahora Donald piensa que le ha estado tomando el pelo durante medio año y se lo ha tomado como una afrenta personal, lo que quedaría refrendado por las noticias de que privadamente ha llegado a animar a Zelenski a atacar Moscú. Pero podría ser que mi percepción esté un poco manchada de optimismo. Como suele decir el propio Trump, habrá que esperar a ver qué pasa.

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