La Pascua de Resurrección cristiana se celebra en EEUU en familia, en lo que aquí se llama el "Easter" y sus tradicionales huevos de chocolate. Sin embargo, fieles a su progresismo secular, las correspondientes campañas de los dos aspirantes a la presidencia del Partido Demócrata han convertido este pacífico fin de semana de Pascua en un circo de mutuos ataques. Su Pascua ha sido hacerse la pascua... Y es que andan todos nerviosos. Obama supera a la Clinton en casi un centenar y medio de delegados comprometidos y también en el voto popular; sin embargo, la Clinton lo rebasa en "superdelegados", o sea en figurones de la maquinaria partidista que serán decisivos en la elección del nominado final.
En pleno Viernes Santo, a
Bill Clinton no se le ocurre otra cosa que vociferar por Carolina del Norte su deseo de que Estados Unidos pueda finalmente tener un año electoral con dos personas que amen a este país y que se hayan dedicado a los intereses de Estados Unidos. Obviamente, Clinton se refería entre los Demócratas a su mujer; y a John McCain, entre los Republicanos, dejando así fuera a Obama. Ante esto, uno de los directores de la campaña de Obama tardó poco en responder a esas declaraciones y acusó a Bill Clinton de emplear tácticas propias del senador anticomunista de los cincuenta, Joe McCarthy… Y otro,
le recordó la mancha en el vestido de la becaria…
El mismo fin de semana, mientras en el GOP miraban a los conejitos de Pascua, el Demócrata de origen hispano Bill Richardson, actual gobernador de Nuevo México, se olvidó de su pasado clintonista y con la barba crecida dio su apoyo a Obama ante la pataleta de los Clinton. Porque Richardson fue Embajador de EEUU ante Naciones Unidas y secretario de Energía durante la administración de Bill Clinton y gracias a éste. Como ahora Richardson es uno de los "superdelegados", sólo unas horas después de ese apoyo, el asesor de los Clinton -James "Calavera" Carville- no perdió un solo minuto para –evocando lo de Getsemaní- llamar Judas al político hispano por traicionar a Hillary.
Según Carville, Richardson se vendió por unas monedas de plata, en alusión a que debió recibir algún ofrecimiento político para la posible Administración Obama…
Por si todo esto fuera poco, para hacerse más la Pascua y hundir en la miseria a sus respectivas campañas, a Hillary le dio también durante el fin de semana por
exagerar y hasta inventarse una historia más… Para dárselas de experta en política exterior, aseguró haber aterrizado en 1996 en una Base Aérea de Bosnia bajo los disparos de varios francotiradores. Según Hillary, tuvo que correr junto a su hija Chelsea agachando la cabeza para meterse en los vehículos y llegar a la Base. Los testigos de aquel viaje en 1996 ya han corroborado que nunca hubo ni disparos, ni amenaza, ni ataques. Para enmendar la plana, y ante las acusaciones de falsedad contra la Clinton por parte de los asesores de Obama, el propio portavoz de campaña de la Clinton salió ayer desencajado ya excusando a la Clinton y afirmando que se trató simplemente de un comentario impreciso...
El circo Demócrata no para ni en Pascua. Nunca desde los años 30, cuando la época de Franklin D. Roosevelt, el Partido Demócrata había tenido tan a su mano ganar la Casa Blanca como en este año 2008. Y aun así, siguen metiendo la pata y van haciéndole la campaña gratis al Republicano John McCain que sigue siendo el gran beneficiado. Como ayer señalaba acertadamente Don Pablo Kleinman aquí mismo, los Demócratas están en caída libre en las encuestas y McCain va ganando enteros. Conste que esto no ha hecho más que empezar porque desde ahora hasta la Convención Nacional Demócrata a finales de agosto en Denver, la mala uva va a ir creciendo entre Obama y Hillary… sea Pascua, Corpus Christi o el Día de la Asunción. Lo suyo es ganar la nominación. Como sea y contra quien sea...