El presidente de la petrolera rusa Lukoil, Ravil Maganov, ha muerto este jueves tras caer por una ventana del Hospital Clínico Central de Moscú, donde estaba ingresado, informaron las agencias rusas Interfax y TASS.
"Maganov cayó de la ventana de su habitación en el Hospital Clínico Central esta mañana. Murió a consecuencia de las heridas", indicó una fuente anónima a Interfax.
La agencia TASS indicó, citando a fuentes de las fuerzas del orden, que el suceso ocurrió a las 07.00 hora de Moscú (04.00 GMT) y que se trata de "una muerte por suicidio". Maganov, de 67 años, estuvo ingresado en el hospital por un ataque cardíaco y tomaba antidepresivos, según la misma fuente.
Epidemia de suicidios entre los oligarcas rusos
El de Maganov no es el primer caso de suicidio entre grandes empresarios rusos de los últimos meses, de hecho tras el inicio de la invasión de Ucrania han sido varios los que han muerto en extrañas circunstancias y cuya explicación oficial ha sido el suicidio, aunque las circunstancias resultan sospechosas en todos los casos.
Entre ellos estaba también un gerente de Lukoil, Alexander Subbotin, cuyo cadáver fue encontrado en mayo en casa de un curandero en Moscú. También el exgerente de la firma energética Novatek, Sergey Protosenya, fue uno de los presuntos suicidas: en abril lo encontraron ahorcado en el jardín de su casa en Lloret de Mar. En este caso, las circunstancias de los hechos fueron especialmente terribles, ya que junto a él aparecieron asesinadas con un hacha su esposa e hija, en teoría víctimas del propio Protosenya.
Poco antes había sido Vladislav Avaev, exfuncionario y ex vicepresidente de Gazprombank, fue hallado muerto en Moscú, también junto a los cuerpos de su esposa y su hija de 13 años, a las que presuntamente habría matado él.
En marzo fue el multimillonario Vasily Melnikov el que apareció muerto en su apartamento de lujo en Nizhny Novgorod. Y el 28 de febrero los titulares fueron para la muerte de Mikhail Watford, nacido en Ucrania, al que se encontró en una casa de su propiedad en el Reino Unido.
En ese mismo mes también se halló el cadáver de Alexander Tyulyakov, que trabajaba en Gazprom; mientras que un mes antes, en enero, otro empresario relacionado con Gazprom, Leonid Shulman, murió en el baño de una casa de campo.