Islandia ha entrado en estado de emergencia después la erupción de un volcán en las cercanías de la ciudad de Grindavik, en península de Reykjanes, en la costa suroeste de la isla y a sólo 50 kilómetros de la capital Reikiavik.
La erupción comenzó en la noche de este lunes y fue precedida de una serie de movimientos sísmicos en el cráter Sundhnjúka, que ya supusieron la evacuación de la zona.
La lava está emergiendo de una fisura de 3,5 kilómetros de longitud, mucho mayor que en anteriores erupciones. Por ella está saliendo una cantidad estimada de lava de entre 100 y 200 metros cúbicos por segundo, –es decir, hasta tres veces el máximo que llegó a expulsar el volcán de La Palma– lo que también es más importante que la los últimos episodios volcánicos en la misma zona.
"Ha comenzado una erupción cerca de la ciudad evacuada de Grindavik. Nuestras prioridades siguen siendo proteger vidas y la infraestructura. Defensa Civil ha cerrado la zona afectada. Ahora esperamos ver qué nos deparan las fuerzas de la naturaleza. Estamos preparados y permanecemos vigilantes", ha publicado el presidente del país, Gudni Johannesson en redes sociales.
Por el momento, el aeropuerto de Reikiavik se mantiene abierto y no se han interrumpido vuelos ni desde ni hacia la isla.