
Francia se sume en la incertidumbre: después de que el primer ministro Michel Barnier tuviera que recurrir a un mecanismo constitucional (el artículo 49.3) para aprobar los presupuestos de la Seguridad Social de 2025 saltándose el voto del Parlamento dada su falta de apoyos, tanto la oposición de izquierdas como Agrupación Nacional (RN), de Marine Le Pen, anunciaron que presentarían sendas mociones de censura para tumbar al gobierno conservador.
"La Izquierda presenta hoy esta moción de censura con gravedad y responsabilidad, porque nunca ha estado del lado de la inestabilidad y el caos. Pero la ausencia de diálogo, el desprecio a las propuestas presentadas y a la labor parlamentaria hacen necesaria la censura", señalaron en un comunicado los diputados coalición del Nuevo Frente Popular (NFP).
La moción del frente de izquierdas, que une a socialistas, comunistas y ecologistas- es la que tiene más opciones de prosperar ya que la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, afirmó que están dispuestos a sumarse a cualquier iniciativa para tumbar al Ejecutivo. Desde Agrupación Nacional, en cualquier caso, presentaron también su propia moción de censura.
Para que una moción triunfe, es necesaria la suma de los diputados de izquierda y también los de RN. Desde el flanco conservador y el centro macronista, que eran las fuerzas que sostenían en minoría parlamentaria al Gobierno actual, se advirtió de que la caída del Ejecutivo de Barnier -quien llegó al poder el 5 de septiembre tras un verano de completo bloqueo político- sumiría a Francia en el caos y la dejaría en terreno "desconocido".
A lo largo de la V República en Francia, sólo una moción de censura ha prosperado, y fue en 1962. Si esta se aprobara, Macron en ningún caso puede disolver la Asamblea y convocar nuevas elecciones hasta que no haya pasado al menos un año desde la cita anterior -sería por tanto en julio de 2025-.
Una hipotética caída del Ejecutivo abocaría al presidente a abrir una nueva ronda de contactos con vistas a nombrar a un nuevo primer ministro tras las complejas negociaciones tras los pasados comicios: ninguno de los bloques políticos suma una mayoría suficiente en el Parlamento.
Macron ya descartó tras las pasadas elecciones nombrar a algún candidato de izquierdas, bajo el argumento de que no tendría un mínimo respaldo entre los diputados, pero la experiencia fallida con Barnier, procedente de la familia conservadora, le dejaría ahora en un nuevo escenario aún más complejo, habida cuenta de las diferencias irreconciliables entre los diversos grupos.
