Los principales líderes europeos están cerrando filas en respuesta a las renovadas amenazas de aranceles por parte del presidente de EE. UU., Donald Trump. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se comprometieron a defender de manera unificada los intereses económicos del continente.
De pie, uno al lado del otro, en el Palacio del Elíseo el miércoles, Macron y Scholz prometieron mantener una "Europa unida, fuerte y soberana" después de que Trump indicara que podría imponer aranceles a los productos del bloque. Las exportaciones de Europa a EE. UU., valoradas en más de 520 mil millones de euros en 2024, podrían sufrir graves interrupciones si Washington lleva a cabo los gravámenes.
"Somos fuertes. Estamos unidos", declaró Scholz, mientras Macron enfatizó la necesidad de prepararse para "realidades geopolíticas y económicas cambiantes".
Trump ya ha amenazado con imponer un cargo del 25 % a las importaciones provenientes de México y Canadá, y un gravamen del 10 % a los productos chinos a partir del 1 de febrero. También advirtió que Europa "se enfrentará a aranceles", citando su superávit comercial de más de 300 mil millones de euros con EE. UU.
Impuestos adicionales como táctica de negociación
Funcionarios europeos y analistas de mercado consideran que la Casa Blanca podría estar utilizando la perspectiva de impuestos adicionales principalmente como una táctica de negociación. Sin embargo, los recuerdos del primer mandato de Trump —cuando los aranceles sobre el vino francés, el queso italiano y otros productos vinculados a la disputa Airbus-Boeing costaron a los productores europeos casi 2 mil millones de euros— han reavivado las preocupaciones.
Anteriormente, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, advirtió que Alemania podría ser el mayor objetivo europeo, dado su superávit comercial de 86 mil millones de euros con EE. UU. en 2023. El poderoso sector automotriz del país —que incluye a Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz— es particularmente vulnerable, ya que enfrenta el aumento de los costos energéticos y las tensiones en las cadenas de suministro.
Las exportaciones agrícolas, que generaron un superávit de más de 10 mil millones de euros en 2024, también podrían estar en riesgo. Productos como el aceite de oliva y el vino podrían ser rápidamente reemplazados por alternativas estadounidenses si los aranceles encarecen los bienes europeos. Mientras tanto, los elevados costos de los insumos para fertilizantes, energía y mano de obra ya han afectado a los agricultores europeos, con algunos precios de fertilizantes ahora un 50 % por encima del promedio de 2019–2021. La inflación alimentaria ha seguido esta tendencia, elevando los precios de productos como la mantequilla en más del 60 % en comparación con el año anterior.
Los aranceles de importación significativos
La situación con los fertilizantes es particularmente alarmante, ya que representan el mayor gasto para los agricultores. La mala cosecha de 2024 ha afectado significativamente la capacidad de los agricultores para adquirir fertilizantes para el año en curso: sus ingresos han disminuido drásticamente, mientras que los precios de los fertilizantes han vuelto a subir desde mediados de 2024. Según el grupo de expertos de la Comisión Europea, la disponibilidad de fertilizantes para los agricultores europeos disminuyó en un promedio del 11 % en 2024. Un menor uso de fertilizantes podría, a su vez, llevar a cosechas aún más bajas en el futuro.
Uno de los principales factores que impulsan los precios de los fertilizantes parece ser los aranceles de importación significativos. Como resultado, según estimaciones preliminares del Banco Mundial, en 2024 el costo de los fertilizantes nitrogenados en Europa fue 14 dólares por tonelada más alto que el promedio mundial, los fertilizantes fosfatados 89 dólares más altos y los potásicos 95 dólares más altos. Un posible aumento de aranceles debido a una guerra comercial con EE. UU. amenaza con ampliar aún más esta brecha.
Habeck afirmó que cualquier medida unilateral por parte de Washington podría desencadenar "contramedidas que afectarían a la economía estadounidense". Los funcionarios de la UE han estudiado listas de posibles objetivos que previamente incluían productos icónicos de EE. UU., como el whisky bourbon, las motocicletas y los jeans. Aunque el objetivo es evitar una escalada, un alto funcionario comercial de la UE dijo que el bloque "protegerá nuestros intereses" si es necesario.
Diversificar los lazos comerciales
Sin embargo, Habeck subrayó que los aranceles de represalia serían "el camino equivocado" para abordar la amenaza. En su lugar, instó a la UE a redoblar esfuerzos para fortalecer la infraestructura y aumentar la competitividad en tecnología y otras industrias clave.
Los analistas creen que, a corto plazo, Bruselas podría considerar la reducción de aranceles de importación para fertilizantes de países como Rusia o Trinidad y Tobago, una medida destinada a aliviar las presiones de costos en el sector agrícola europeo. Aunque los fertilizantes rusos no están sujetos a sanciones de la UE, el bloque actualmente aplica aranceles a algunas importaciones. También sugieren que la UE debería dejar claro que cualquier reducción de aranceles no se revertirá pronto, para proporcionar estabilidad a los agricultores europeos.
A largo plazo, los responsables políticos deberían buscar diversificar los lazos comerciales para reducir la dependencia del mercado estadounidense. Las posibles estrategias incluyen mejorar el acceso al mercado con el Reino Unido y Suiza, así como profundizar las relaciones en el Indo-Pacífico y África. Estas medidas están diseñadas para reforzar la posición negociadora de Europa si el enfrentamiento comercial con EE. UU. se intensifica.