La Comisión Europea tiene una nueva "visión" de la agricultura y la producción de los alimentos. Lo cierto es que no es tan nueva en el fondo: imponer el ecologismo al campo. Pero lo que sí que es novedoso es el grado de imposición. Y es que Bruselas prepara una nueva vuelta de tuerca para condicionar aún más la PAC al medioambiente y el clima. "Nuevos desafíos sin precedentes, incluidas las crecientes tensiones geopolíticas y los fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, han creado un nuevo panorama para el sector agroalimentario de Europa", señala Bruselas en un reciente comunicación. "Esto significa que, más que nunca, existe la necesidad de una visión de futuro y una respuesta política para el sector que aborde esta situación cambiante de manera coherente en las diferentes políticas de la UE", añade.
"Visión para la Agricultura y la Alimentación"
La Comisión está presentando su "Visión para la Agricultura y la Alimentación", una "hoja de ruta compartida para los años venideros donde se describirá una visión hasta 2040 y una guía para los futuros debates sobre políticas en un amplio conjunto de cuestiones estratégicas para la agricultura y la alimentación", dice la UE.
Y las medidas tendrán impacto. Entre ellas se encuentra la conversión del campo en "un sector atractivo que garantice un nivel de vida justo y aproveche las nuevas oportunidades de ingresos (por ejemplo, revisar la legislación existente sobre la cadena de suministro de alimentos, presentar una Estrategia de Renovación Generacional)". También las medidas tendentes a, afirma Bruselas, generar un "sector competitivo y resistente frente a los desafíos globales (por ejemplo, implementar un campo de juego más justo para los agricultores de la UE en relación con el resto del mundo, presentar un paquete de medidas de simplificación, presentar una visión a largo plazo para el sector ganadero y un plan de proteínas)".
Y "preparar para el futuro el sector agroalimentario para que trabaje de la mano con la naturaleza (por ejemplo, por la racionalización y exigencia de la legislación existente, la aceleración del acceso a los biopesticidas, el lanzamiento de una brújula de sostenibilidad en las granjas para medir el progreso o simplificando la presentación de informes). También se propone un plan para valorar "los alimentos y promover condiciones de vida y de trabajo justas en las zonas rurales".
Y los cambios no se olvidarán de la PAC: "La futura PAC definirá un equilibrio más claro entre las políticas regulatorias basadas en incentivos que afectan a los agricultores. La Comisión orientará la futura PAC de condiciones a incentivos". ¿Y eso qué significa? Pues que "la futura PAC se basará en objetivos políticos básicos y requisitos políticos específicos, al tiempo que dará a los Estados Miembros una mayor responsabilidad y rendición de cuentas sobre cómo cumplen estos objetivos".
¿Con qué fin? "El apoyo futuro de la PAC estará más dirigido a los agricultores que participan activamente en la producción de alimentos, en la vitalidad económica de las granjas y en la preservación de nuestro medio ambiente". Porque "la Comisión sigue convencida de que la agricultura y la protección del mundo natural pueden ir de la mano, al tiempo que ofrece oportunidades prometedoras para el sector agrícola, incluidos instrumentos voluntarios que podrían desbloquear fuentes adicionales de ingresos para los agricultores, como los créditos de carbono y los créditos por naturaleza", explica Bruselas.