Inmóvil, cerca del féretro, se encontraba Genevieve Geneviève, la monja que hoy se ha saltado todos los protocolos y nadie se ha atrevido a decirle nada. Mientras los cardenales y obispos guardaban turno para acercarse al Papa, esta pequeña hermana de Jesús se ha colocado muy cerca del féretro.
Tras varios minutos pasando las autoridades eclesiásticas en un rígido orden, uno por uno, con apenas unos segundos para despedirse del Pontífice, Sor Geneviève se tomaba todo el tiempo del mundo para decirle adiós, rezando y llorando en silencio.

