
Damián es el cura villero de la Parroquia de San Francisco de Asís en la villa Soldati (Argentina), inaugurada por el papa Francisco en su etapa como obispo titular de Buenos Aires. El padre explica a Libertad Digital su experiencia conociendo a Francisco I y cómo la visita ayudó a los 18 chicos de la villa 15.
Damián se apuntó a la Liga del Potrero con el Club Virgen del Carmen de Ciudad Oculta, donde era párroco en ese momento. La liga enfrentaba a 15 equipos de barrios "carenciados" de Buenos Aires, y organizada por el Boca Junior, prometía una gran final en Bombonera con el premio de visitar al Papa para el equipo ganador. Y así fue, su equipo, Virgen del Carmen ganó 4-1 en el partido final. "Era la primera vez que tenían pasaporte y se subían a un avión", explica el cura villero.
Una vez en Roma, el Papa les recibió el día de su cumpleaños. Damián explica que tras hablar durante varias horas con cada uno de los muchachos, algo en ellos se despertó y "quisieron transformar algo, querer algo mejor para sus vidas y para los demás", siendo este encuentro un gran impulso para los chicos que viven en una situación social complicada de delincuencia y drogadicción. También cuenta que en un momento dado, Francisco Ie abrió una puerta que daba acceso a una sala llena de dulces. "Vi todo y agarré lo que me cupo por los bolsillos, la camiseta… para llevarle a los chicos", confiesa.
El párroco de Soldati recuerda con cariño una frase de Francisco I: "Lo que importa no es caerse, sino levantarse, no quedarse en el suelo tirado, sino levantarse, no quedarse en el pecado o en la miseria, sino en la oportunidad de levantarse mejor, uno tiene a bajonearse, por el pecado o situaciones de la vida".
En Soldati el deporte es muy importante para los chicos, "ni en la calle, ni en la esquina, mejor en el club", ese es el eslogan del Club Papa Francisco de la parroquia de San Francisco de Asís. El Padre insiste en que es muy importante que los chicos no estén en las calles expuestos a las drogas, delincuencia, prostitución y demás, por lo que desde que se inauguró el Hogar de Cristo, las parroquias villeras se han centrado en hacer comunidad a través de los deportes.
Hogar de Cristo que acoge a drogodependientes
El jueves santo de 2008, el Papa Francisco I inauguró el Hogar de Cristo. El Hogar de Cristo es un proyecto del clero argentino que busca acoger a los drogodependientes, que en estas zonas suelen consumir Paco, pasta base de la cocaína.
Una de las huellas que ha dejado Francisco I en las villas argentinas es la de acompañar "cuerpo a cuerpo" a aquellos que lo necesiten. "Cada persona es única e irrepetible y tiene diversas necesidad e historias y no hay un modelo, es necesario el mano a mano el cuerpo a cuerpo y ver su necesidad, carencia y virtud. en el caso de los pibes de la adicción, necesita su causa judicial, la chica ir al médico porque tiene sífilis, a uno le falta el documento de identidad…", explica el Padre Damián al respecto de su labor como cura, no actúa solo como párroco o guía espiritual, sino que también ayuda a los chicos a poner su vida en orden para poder seguir la vida.
El padre concluye explicando el concepto "la vida como viene", frase que resume el pontificado de Francisco I. "La vida se recibe con lo que viene con lo que hay, con lo que trata, viene lastimada y atraviesa toda capa social, no es de un sector de la sociedad", así lo explica desde Soldati, esta frase ayuda mucho en las villas, a los chicos de los diferentes hogares de Cristo les incita a seguir adelante y aceptar que la vida sigue a pesar de todo lo malo.
