La huelga de controladores aéreos en Francia, que se extiende durante los días 3 y 4 de julio, está generando un auténtico quebradero de cabeza para miles de pasajeros europeos, con especial impacto en España. Según ha confirmado Aena a Europa Press, hasta las 13:00 horas de este viernes se habían cancelado 93 vuelos entre ambos países, lo que equivale a casi un tercio de las 327 operaciones previstas para toda la jornada. La situación ya venía marcada por el precedente del jueves, cuando se suprimieron 114 vuelos en territorio español.
La alteración en los vuelos afecta no solo a los principales aeropuertos como Madrid y Barcelona, sino también a destinos turísticos clave como Baleares, donde se están registrando decenas de cancelaciones y retrasos en plena operación salida de verano. Aena ha habilitado un buscador específico para consultar en tiempo real el estado de los vuelos.
División sindical
La protesta, convocada por el sindicato Unsa-Icna, ha contado con el apoyo de Usac-CGT, que denunció un contexto social gravemente deteriorado en la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), entidad organizadora del control aéreo en el país. Por el contrario, el sindicato mayoritario SNCTA ha decidido no secundar los paros. Según datos de la agencia AFP, unos 270 controladores —aproximadamente el 20 % de los 1.400 operativos— se han sumado al paro, lo que está provocando un auténtico colapso en los cielos franceses.
El sindicato Unsa-Icna ha denunciado la gestión tóxica y autoritaria de la DGAC y ha criticado que, pese a las promesas de modernización, "no cesa de prometer que se desplegarán todos los medios en este ámbito" sin resultados visibles. A su juicio, la raíz del problema está en "la insuficiencia estructural de personal", un diagnóstico que comparte buena parte del sector.
En respuesta, la DGAC ha lamentado públicamente la elección de las fechas, señalando que "corresponden a los días de mayor afluencia del año, debido a la gran cantidad de salidas por vacaciones durante este período". El ministro de Transportes, Philippe Tabarot, ha sido tajante al afirmar que no cederá a las reivindicaciones de los sindicatos, a los que ha calificado de "minoritarios", considerando además que "son inaceptables, como lo es la decisión de realizar esta huelga en el momento de las grandes salidas de las vacaciones".
Recortes en Francia
Las consecuencias de los paros se extienden más allá de las fronteras francesas. En los aeropuertos de París (Charles de Gaulle, Orly y Beauvais) se ha recortado un 40 % de las operaciones, mientras que en ciudades como Lyon, Marsella, Montpellier o Niza la actividad ha caído entre un 30 % y un 50 %, según datos de la DGAC recogidos por Le Figaro. La administración ya ha advertido de que "a pesar de estas medidas preventivas, se esperan importantes perturbaciones y retrasos en todos los aeropuertos franceses".
Presión del sector
El impacto también ha provocado duras reacciones en el sector aéreo. La patronal A4E ha condenado con firmeza los paros, denunciando que más de 1.500 vuelos se han visto afectados en solo dos días, perjudicando a cerca de 300.000 pasajeros. "Ya en 2025, el ATC francés ha demostrado ser uno de los puntos débiles del sistema europeo, registrando algunos de los peores registros de retrasos de Europa", ha afirmado la organización.
Desde Ryanair, la situación ha sido especialmente grave: la aerolínea irlandesa ha cancelado 400 vuelos y más de 70.000 pasajeros se han visto afectados. En un comunicado, la compañía ha lamentado que "estas cancelaciones forzadas coinciden una vez más con el inicio de las vacaciones europeas de verano, uno de los periodos de mayor afluencia de viajeros del año", al tiempo que ha denunciado que los sobrevuelos "siguen sin protegerse" durante las huelgas.
Por su parte, Air France ha ajustado sus horarios para minimizar el impacto de la huelga, asegurando que todas sus operaciones de larga distancia se mantienen. Ha ofrecido a los pasajeros la posibilidad de posponer sus vuelos "sin coste alguno", recomendando consultar el estado de los trayectos a través de su página web.
Exigencia de mínimos
Mientras tanto, en España, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) insiste en la necesidad de que la Unión Europea tome cartas en el asunto. Su presidente, Javier Gándara, ha vuelto a pedir que se impongan servicios mínimos que garanticen los sobrevuelos durante las huelgas, dada la gravedad del perjuicio para el tráfico aéreo en España, el segundo país más afectado tras Francia.
Desde el punto de vista de los derechos de los pasajeros, Facua ha recordado que los afectados tienen derecho a recuperar el importe del billete y los gastos derivados —alojamiento, comidas, transporte alternativo—. Sin embargo, al tratarse de una huelga ajena a las aerolíneas, no se contemplan indemnizaciones económicas según el Reglamento Europeo 261/2004.