La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este viernes el inicio de una gira por los siete Estados miembros que comparten frontera con Rusia y Bielorrusia —Bulgaria, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía— en respuesta al reciente ataque con drones perpetrado por el Ejército ruso, que alcanzó las oficinas de la Delegación de la UE en Kiev.
Este viaje marca un gesto político firme por parte de Bruselas en un momento de máxima tensión geopolítica, y reafirma el papel de Europa como bastión de los valores democráticos frente a la amenaza autoritaria del Kremlin. Von der Leyen ha dejado claro que la Unión no va a quedarse de brazos cruzados ante las agresiones rusas y el riesgo que suponen para los países del flanco oriental.
Mientras algunos sectores de la izquierda europea abogan por una política de apaciguamiento, la Comisión da un paso adelante en la defensa de la soberanía y la seguridad de sus Estados miembro. El recorrido de Von der Leyen, además de simbolismo, apunta a reforzar la cooperación estratégica y militar entre los países más expuestos a la amenaza rusa.