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El hijo de Fujimori impide la destitución del presidente del Perú que impulsaba el fujimorismo

El fujimorismo no logró la destitución del presidente Kuczynski en parte gracias a la abstención del hijo de Alberto Fujimori y otros de su partido.

Congresistas oficialistas aplauden el resultado de la votación. | EFE

Después de una sesión de casi 14 horas seguidas, el pleno del Congreso del Perú rechazó la petición de destitución presentada por la oposición política contra el presidente Pedro Pablo Kuczynski por una supuesta "permanente incapacidad moral" por sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht.

La petición solo obtuvo 79 votos a favor y fue rechazada ya que la ley indica que necesitaba del apoyo mínimo de 87 de los 130 legisladores. La moción que solicitó la destitución recibió 19 votos en contra y 21 abstenciones por lo que fue archivada y Kuczynski seguirá al frente de la jefatura del Estado peruano.

Entre lo más resaltante de la votación fue que muchas de las abstenciones fueron de congresistas del propio fujimorismo, entre ellos de Kenji Fujimori –hijo menor del expresidente Alberto Fujimori, actualmente en prisión–, y que ha sido ya sancionado en dos ocasiones por el partido Fuerza Popular por sus discrepancias en torno a varios asuntos tocados en el Congreso.

En la última hora de sesión antes de la votación, las versiones dieron cuenta de muchas conversiones entre Kenji Fujimori y otros miembros de su bancada. Finalmente, nueve congresistas del fujimorismo se abstuvieron.

Kuczynski se presentó

En su alegato, Kuczynski pidió a los congresistas que "salven la democracia" y rechacen la petición de destitución, a la vez que negó haber favorecido a Odebrecht o mentido en su relación con esa constructora.

El jefe de Estado se presentó ante el pleno para defenderse de la moción de destitución por "permanente incapacidad moral", solicitada por la asesoría financiera que su empresa Westfield Capital dio a Odebrecht entre 2004 y 2007 por un proyecto de irrigación en Perú.

El presidente también pidió disculpas porque, según dijo, debió "ser el primero en advertir las dificultades para sanar las heridas, tras la contienda democrática" de 2016, en las que venció por estrecho margen a la actual líder opositora Keiko Fujimori. "No está en juego mi permanencia en el cargo, está en juego la estabilidad democrática, no apoyen una vacancia (destitución) sin sustento, porque el pueblo no olvida, ni perdona", expresó el mandatario.

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