
Estados Unidos ha confiscado este lunes el avión del dictador venezolano, Nicolás Maduro, que se encontraba en la República Dominicana, y ha sido trasladado hasta un aeropuerto en Florida, en lo que viene a ser una nueva escalada de las sanciones de Washington sobre las autoridades del chavismo.
Se trata de un hecho "inaudito" que manda un "claro mensaje" de que nadie está por encima de la ley, de que "nadie está por encima del alcance de las sanciones estadounidenses", ha dicho un alto funcionario del Gobierno, en declaraciones a CNN.
La aeronave presidencial, valorado en unos 13 millones de dólares, ha permanecido en la República Dominicana durante los últimos meses, si bien no han trascendido los motivos. Las autoridades estadounidenses han informado a Caracas de la incautación, según ha contado esta fuente a la citada cadena de televisión.
Los funcionarios estadounidenses no revelaron los motivos pero se presentó "una oportunidad" para confiscar la aeronave, en una operación en la que estuvieron involucradas varias agencias federales, que trabajaron "en estrecha colaboración con la República Dominicana, que notificó a Venezuela sobre la incautación".
Los funcionarios describieron el avión como el equivalente venezolano al Air Force One y aseguraron que con este decomiso se pretende enviar "un mensaje a los más altos mandos" del Gobierno venezolano. El vehículo aéreo ha sido fotografiado en varias visitas de estado de Maduro alrededor del mundo.
Aunque todavía no hay confirmación oficial sobre la incautación, este supuesto decomiso se produce después de que Estados Unidos determinara que la adquisición de la aeronave "violaba las sanciones estadounidenses, entre otras cuestiones penales", apunta la cadena de televisión.
A principios de año, Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones al sector energético de Venezuela en represalia por no haber organizado, a su juicio, unas elecciones libres. Una situación que se ha agravado después de que una parte de la comunidad internacional no haya reconocido el triunfo de Maduro en las urnas.
Durante años el Gobierno estadounidense ha confiscado docenas de vehículos de lujo, entre otros activos, que se dirigían a Venezuela, pero nunca realizó una operación de tanta relevancia y simbolismo.
Desde las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio, Estados Unidos ha sido muy crítico con el gobierno de Maduro. La semana pasada, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que la continua negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela a defender los estándares internacionales y venezolanos de transparencia es una "violación inaceptable" de las leyes del país.
Su declaración, difundida tras haberse cumplido un mes de los comicios del 28 de julio en Venezuela, criticó igualmente el intento del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), "controlado por (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro, de silenciar las voces de los votantes ratificando el anuncio infundado del CNE de una victoria de Maduro".
Como respuesta, el Gobierno de Venezuela aseguró que "no debe explicaciones" a Estados Unidos sobre la reelección de Nicolás Maduro. A juicio del país caribeño, el Departamento de Estado de EEUU "insiste en su despreciable posición de meterse en asuntos que no son de su incumbencia", según apuntó el canciller venezolano, Yván Gil.

