
El régimen chavista ha llevado su particular espectáculo a la ONU. El embajador de la dictadura, Samuel Moncada, se reunió con António Guterres para trasladarle su paranoica visión sobre el despliegue militar de EEUU en el Caribe, una operación destinada a combatir el narcotráfico en el que el propio régimen está implicado.
En su habitual retórica victimista, Moncada exigió a Guterres que "opine abiertamente" sobre lo que calificó de "graves violaciones" y acusó a EEUU de a violar "el Tratado de Tlatelolco de 1968", que declaró a América Latina y el Caribe como zonas libres de armas nucleares. Sin embargo, al ser presionado por la prensa, el propio Moncada tuvo que admitir no sabe si EEUU ha trasladado armas nucleares con su flota. "Nosotros no somos los que debemos responder, sino ellos (EEUU)", reconoció, evidenciando que su acusación es mera propaganda.
Por su parte, Maduro ha escrito una carta al secretario general de la ONU, compartida en Telegram por el canciller venezolano, Yván Gil. "Solicito que usted, en el marco de las competencias que le confiere la Carta de las Naciones Unidas, asuma la defensa activa de sus valores y principios fundamentales, instando al Gobierno de los Estados Unidos de América a poner fin a estas acciones hostiles y a respetar plenamente la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de la República Bolivariana de Venezuela", señala la misiva. A juicio del dictador venezolano, "la humanidad" y la ONU "no pueden permitirse que, en pleno siglo XXI, resurjan políticas de fuerza que pongan en riesgo la paz y la seguridad internacionales".
