
Cuenta Vozpópuli la inminente posibilidad de que el régimen de Nicolás Maduro colapse, acorralado por la presión internacional, no solo abre un panorama político incierto para Venezuela, sino que podría detonar una auténtica bomba informativa en España: la corrupción sistémica de la petrolera estatal PDVSA, que ha salpicado directamente a José Luis Rodríguez Zapatero.
La compañía, considerada el corazón económico del chavismo y hoy dirigida por la mano derecha de Maduro, Delcy Rodríguez, se ha convertido en el mayor foco de opacidad y malversación del país. Si las alfombras del Palacio de Miraflores se levantan, todas las miradas apuntarán a los 42.000 millones de dólares presuntamente comprometidos en tejemanejes.
La sombra sobre el expresidente del Gobierno la estableció uno de los hombres que mejor conoce las tripas del régimen: Rafael Ramírez, ministro de Petróleo y presidente de PDVSA entre 2002 y 2014, hoy exiliado en Italia y protegido tras ser acusado de corrupción por sus antiguos aliados.
En 2018, Ramírez lanzó una acusación velada en redes sociales que aún flota en el aire y que resurgiría con fuerza ante un cambio de régimen: "Zapatero ha recibido proyectos en la Faja, de allí viene su apego a la democracia y al diálogo".
La "Faja" es la rica franja petrolera del Orinoco. El exministro acusaba al líder socialista de hacer negocios poco transparentes con el chavismo a través de la petrolera estatal. Aunque Ramírez nunca concretó la acusación, el señalamiento dejó al expresidente del PSOE en una posición extremadamente delicada.
De hecho, según informó este sábado Libertad Digital de fuentes en Washington, la administración estadounidense cuenta con "pruebas sólidas" que implicarían a Zapatero y "otros miembros de gobiernos anteriores en España" en diversos delitos cometidos en colaboración o bajo el amparo de la dictadura venezolana.
El pozo sin fondo de la corrupción
PDVSA, que llegó a ser una de las mayores productoras de crudo del mundo, es hoy el reflejo del declive venezolano. La organización Transparencia Venezuela tiene registrados 127 casos de "presunta corrupción o manejo irregular de recursos" en la estatal y sus filiales, con investigaciones en hasta 16 países.
El exministro Ramírez ha sido categórico sobre la situación actual de la petrolera, asfixiada por el enchufismo y la falta de profesionalización bajo la cúpula chavista: "PDVSA va a tumbar a Maduro", ha dicho al tiempo que ha asegurado que "PDVSA se convirtió sencillamente en una agencia administradora de contratos y perdió sus capacidades operativas".
La falta de inversión y el desvío de fondos han estrangulado a la gallina de los huevos de oro, cuya producción ha caído a menos de un tercio de sus niveles máximos (solo 920.000 barriles diarios en 2024).
Los presuntos delitos, que van desde el pago de sobornos hasta la adjudicación de proyectos con nula rentabilidad, demuestran que la opacidad es la tónica en la compañía. Solo una caída del chavismo, un escenario que parece cada vez más próximo, permitirá destapar la verdad de los negocios en PDVSA y confirmar hasta dónde llegan las supuestas conexiones de la cúpula socialista española con la cleptocracia de Maduro.

