
El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 que dirige Pablo Bustinduy, ha enviado una nota a las empresas que importan alimentos de Israel para recordarles que los productos de "zonas ocupadas" deben etiquetarse como procedentes de "asentamiento israelí" y no como "producto de Israel". Sin embargo, la nota del ministro no dice nada sobre las irregularidades en el etiquetado de Marruecos con productos del Sáhara, a pesar de que importamos cinco veces más desde Marruecos que desde Israel. Cuestión de prioridades.
Las importaciones españolas desde Israel fueron de unos 1.052 millones de euros en 2022 (en total, no sólo las de productos agrícolas) y las de Marruecos sumaron 5.984 millones de euros, pero el Ministro Bustinduy está preocupado por los productos palestinos. Por ese motivo, se ha dirigido a las empresas españolas para recordarles que deben garantizar el derecho de los consumidores "a recibir una información veraz sobre el origen de los productos, especialmente, ante la crítica situación que se vive en Oriente Medio".
La nota se basa en la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, del 12 noviembre de 2019. Señala que "dado que los Altos del Golán y Cisjordania, incluido Jerusalén Este, no forman parte del territorio israelí según el Derecho internacional, la indicación "producto de Israel" se considera incorrecta y engañosa en relación con los productos procedentes de dichos territorios".
Según el ministro, en tales casos, debe añadirse la expresión "asentamiento israelí" u otra equivalente entre paréntesis. Por consiguiente, podrían utilizarse expresiones como "producto de los Altos del Golán (asentamiento israelí)" o "producto de Cisjordania (asentamiento israelí)".
Y con respecto a los productos de Palestina que no sean originarios de los asentamientos israelíes, el Ministerio de Bustinduy señala que "deben llevar una indicación que no resulte engañosa acerca del origen geográfico y que corresponda a la práctica internacional, como pueden ser las indicaciones "producto de Cisjordania (producto palestino)", "producto de Gaza" o "producto de Palestina"".
Y, aunque no tiene nada que ver con el etiquetado, Bustinduy también aprovecha la nota para recordar que "la Corte Internacional de Justicia en julio señaló como ilegal la ocupación israelí de los territorios de Cisjordania y Jerusalén" y alienta a las empresas a "prevenir relaciones comerciales que ayuden a que Israel mantenga esa situación en los territorios", en línea con el dictamen del máximo tribunal de la ONU.
El silencio sobre Marruecos
La nota del Ministro llega apenas dos semanas después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) anulase los acuerdos agrícolas y de pesca con Marruecos precisamente por vulnerar "los principios de autodeterminación" del Sáhara Occidental. De hecho, las asociaciones agrícolas llevan tiempo denunciando irregularidades en el etiquetado de tomates y melones como originarios de Marruecos en lugar del Sáhara Occidental, lo que infringe la legislación de la UE.
Y a pesar de que el valor de las importaciones desde Marruecos es cinco veces superior a las importaciones desde Israel, Bustinduy ha eludido cualquier mención a este asunto en su nota. Todo ello, en línea con la estrategia del Gobierno expresada en las reveladoras declaraciones del ministro de Agricultura, Luis Planas: "Si alguien cree que una sentencia del Tribunal de Justicia va a poner en tela de juicio la estabilidad de la relación de Marruecos con España o con la Unión Europea, se equivoca". La relación con Israel ya es otro asunto.



