El PSC de Jaume Collboni y Barcelona en Comú han llegado a un pacto para "prohibir, limitar o restringir" los alquileres de temporada en algunos barrios de Barcelona. El acuerdo, que se presentará en comisión la semana que viene, pretende modificar el Plan General Metropolitano (PGM) para "priorizar" los arrendamientos de uso permanente y que sirva como primer paso para acotar los contratos por meses.
El alcalde de la Ciudad Condal, Collboni, considera que los alquileres de temporada son "un punto de fuga para huir de la regulación" que obliga a los propietarios a limitar el precio del alquiler de sus viviendas. Así que, según ha anunciado la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, el nuevo plan metropolitano servirá para obligar a los propietarios a destinar sus viviendas al "uso habitual y permanente" de forma "prioritaria".
Y este sería el primer paso, porque, aunque Bonet no ha dado más datos, la intención es regular el alquiler temporal más adelante y solventar así lo que Barcelona en Comú considera el "error histórico" de excluir el alquiler de temporada de la regulación con "topes" al precio del alquiler.
El mercado de alquiler en Barcelona enfrenta una situación crítica debido a la combinación de una altísima demanda y una oferta muy limitada. De hecho, las políticas de control de precios en zonas tensionadas no han logrado frenar el incremento de los alquileres. Por el contrario, han desincentivado a los propietarios, reduciendo la oferta y empeorando el acceso a la vivienda.
Del mismo modo, los propietarios están retirando sus viviendas del mercado inmobiliario debido a la percepción de inseguridad jurídica que generan las políticas de limitación de los desahucios y, ahora también, las políticas intervencionistas que pretenden obligarles a destinar los pisos al alquiler residencial o de larga estancia. Y por todo esto, los bajos de apenas 20 metros cuadrados se están alquilando por más de 700 euros al mes, según datos de Idealista.