
Ya son visibles los primeros efectos de la guerra comercial desatada por la política de aranceles del presidente de EEUU, Donald Trump, que ha decidido imponer gravámenes del 25% a las importaciones de México y Canadá, y del 10% a las provenientes de China. Desde este pasado domingo, varias tiendas de Canadá han decidido que retirarán de sus lineales los vinos, cervezas y licores estadounidenses.
Las tiendas LCBO (la empresa estatal responsable de controlar la venta, distribución y fiscalización del alcohol y que hasta hace poco tenía el monopolio para la venta de productos alcohólicos en Ontario) dejarán de vender bebidas ‘Made in USA’. La medida no es baladí, ya que LCBO es uno de los mayores compradores de productos alcohólicos del mundo. Según cifras de EFE, vende cada año bebidas alcohólicas estadounidenses por valor de casi 664 millones de euros (1.000 millones de dólares canadienses).
"Buy Canadian Instead" signs going up in BC Liquor stores pic.twitter.com/FjgGqKViUO
— Riley Donovan (@valdombre) February 2, 2025
La decisión se está repitiendo en el resto del país y Quebec, Nueva Escocia, Terranova y Labrador también han ordenado a sus tiendas de bebidas alcohólicas que dejen de colocar artículos estadounidenses en sus estanterías. Esta decisión afecta tanto a los minoristas como a los restaurantes.
Por otra parte, la Columbia Británica también ha tomado una medida similar aunque sólo afecta a las bebidas producidas en los llamados estados "rojos" de EE.UU., aquellos que están bajo control del Partido Republicano de Trump. Además, varios negocios canadienses han lanzado campañas para promover productos nacionales con la etiqueta "Hecho en Canadá".
Wow, Canadians work quick. Some stores are already putting up signs to make sure their customers don't buy any American products. pic.twitter.com/GDMpmLbpb8
— Alex Cole (@acnewsitics) February 2, 2025
Todas estas medidas se suman a los aranceles del 25% que el Gobierno federal de Canadá empezará a aplicar a algunas importaciones procedentes de EEUU a partir de este martes como la represalia de lo que Wall Street Journal ya ha calificado como "la guerra comercial más tonta de la historia".

