Tenemos que volver a hablar de la vivienda porque el Gobierno continúa dando muestras evidentes de un fanatismo ideológico en el mejor de los casos o una ignorancia expansiva en el peor de ellos, pero lo cierto es que las últimas declaraciones de la ministra del Ramo, Isabel Rodríguez, sobre cuáles son los problemas de la vivienda, evidencian una incapacidad manifiesta para poder resolver los múltiples problemas que aquejan a este mercado.
Incapacidad evidente en tanto que la mayor parte de los problemas del sector los ha ocasionado el propio Gobierno. Decía el otro día Mikel Echavarren, uno de los máximos especialistas en este sector en España, que no se puede poner a un atleta o a un profesional de la magia de director general de la agencia de seguridad nuclear, en tanto que no es nada especialista en un asunto tan importante. Pues bien, en España sí que hacemos eso en materia de vivienda y la ministra Rodríguez lo ha demostrado con creces estos días.
Para la ministra de Vivienda, la okupación o la inquiokupación no constituyen un problema de vivienda en España ya que, sigue insistiendo el Gobierno, es un problema residual.
El problema es doble en este caso. No sólo miente al decir que es residual, sino que miente al decir que no es un problema: la primera porque los datos de los juzgados de lo penal sobre okupación no recogen, ni de lejos, la foto completa del problema; y segundo, que se excluye el fenómeno de la inquiokupación.
Si nos inquiokupan la casa porque la hemos sacado en alquiler, y queremos echar al okupa, por incumplimiento de contrato, podríamos tardar una media de casi 10 meses, siempre que no se declare "vulnerable". De hacerlo… el tiempo pasa y pueden pasar años hasta que la recuperes, si la recuperas, gracias al decreto antidesahucios.
Como consecuencia, según datos proporcionados por Idealista, el Gobierno ha destrozado el mercado de la vivienda. En concreto, entre enero de 2019 y 2025 el precio de la vivienda en alquiler ha aumentado un 38%. Asimismo, el precio de la vivienda en venta se ha incrementado en un 33,71% en este mismo período. Con todo, la oferta de vivienda en alquiler ha caído en 220.000 inmuebles y la presión del mercado inmobiliario se ha disparado un 600%.

