Necesitamos mucho más cereal del que producimos. Es un sector estratégico para nuestro país, tanto para la industria agroalimentaria como para la elaboración de piensos para ganadería y dependemos totalmente de las importaciones. De hecho, España es el país de la Unión Europea que importa más grano cultivado fuera de las fronteras comunitarias. Y, por contradictorio que parezca, cada vez dedicamos menos superficie de cultivo a los cereales porque nuestros agricultores buscan opciones más rentables.
Este 2024, España ha exportado 879 mil toneladas de grano por valor de 495 millones de euros. En ese mismo periodo, hemos importado 20.047 mil toneladas valoradas en 4.686 millones de euros, según los datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. Es decir, compramos 22 veces más de lo que vendemos. Del total de importaciones, 8.210 mil toneladas (40,95%) proceden de países no miembros de la Unión Europea.
La mayor parte del cereal que llena nuestros graneros procede de Ucrania, que antes de la guerra ya era una de las mayores potencias exportadoras de grano a nivel mundial. Cuando Putin invadió el país, la Unión Europea eliminó los aranceles para ayudar a Ucrania, pero también para asegurar el mercado interior. De este modo, en 2024, España ha comprado 10.296 mil toneladas de cereal ucraniano (un 51,3% del total de importaciones) por un valor de 2.120 millones de euros (45,24% del total).
Francia, EEUU, Brasil...
Muy por debajo del volumen de Ucrania, nuestros proveedores más importantes son Francia (752 millones de euros), Estados Unidos (217 millones), Brasil (184 millones), Rumanía (177 millones) o Canadá (150 millones).
Francia es nuestro segundo principal proveedor principalmente por su cercanía geográfica. De allí importamos trigo blando, que se utiliza principalmente para la fabricación de harinas y panificación. También importamos maíz, destinado a la alimentación animal del sector ganadero.
Estados Unidos es nuestra principal fuente de suministro de maíz con 1.072 mil toneladas importadas en 2024 por un valor total de 211 millones de euros. De hecho, EEUU es el mayor exportador mundial de maíz y entre sus mejores clientes están México (31%), Japón (25%) y Colombia (9%). Por ese motivo, aunque todos pierden en una guerra comercial de aranceles, las mazorcas estadounidenses podrían salir muy mal paradas.
¿Qué cereales compramos?
Maíz y trigo principalmente. El maíz supone un 44.6% de nuestras importaciones y el trigo asciende al 39%, ambos esenciales para la fabricación de piensos necesarios para alimentar a nuestra extensa cabaña ganadera. Además, pero ya en menor medida, también importamos cebada (7,4%), arroz (6,7%), avena (1,2%) y centeno (1,1%).
A pesar de que tenemos que comprar millones de toneladas de grano, cada vez cultivamos menos. En 2023, se perdieron 20.000 hectáreas de tierras de cultivo destinadas a cereal, hasta situarse en 5,7 millones de hectáreas, según los datos de la encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos (ESYRCE) de 2023. Por paradójico que pueda resultar, el motivo fundamental es la rentabilidad. De hecho, esa misma encuesta desvela que lo único que ha aumentado en estos últimos diez años son los cultivos de leñosos (484.644 hectáreas más) gracias a la fiebre por las plantaciones de olivar, almendra, pistacho, aguacate, mango y arándano.