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El exceso de regulación e intervencionismo, un lastre para que las empresas salgan a Bolsa en España

La clave del nuevo régimen de salidas a Bolsa planteado radica en la separación de los procesos de admisión y oferta.

La clave del nuevo régimen de salidas a Bolsa planteado radica en la separación de los procesos de admisión y oferta.
Sede de la CNMV. | Europa Press

El exceso de regulación y el intervencionismo, tanto por parte de la Unión Europea como del Gobierno español, está lastrando la inversión y la actividad empresarial. Esto es algo que ya pusieron de manifiesto en sus respectivos informes Mario Draghi y Enrico Letta, pero ahora los organismos reguladores españoles comienzan a darse cuenta de que están obligados a rebajar sus exigencias hacia las empresas.

De este modo, desde la CNMV y BME Growth se está planteando la opción de poner en marcha un nuevo régimen simplificado de salidas a Bolsa en España con el fin de agilizar los procedimientos e incentivar que se produzcan más salidas a Bolsa en el futuro. No obstante, esto no implica un cambio legislativo, sino una modificación de las interpretación de la norma actual vigente.

Nuevo régimen de salidas a Bolsa

Los organismos reguladores de los mercados quieren agilizar los procesos de salida a Bolsa en España. Así lo ha confirmado Íñigo Berricano, socio de Mercantil y Financiero de Hogan Lovells, en un acto para periodistas organizado conjuntamente con Estudio de Comunicación, donde ha detallado que la clave del nuevo régimen de salidas a Bolsa planteado radica en la separación de los procesos de admisión y oferta.

En consecuencia, las empresas que lo deseen podrán comenzar a cotizar (y quedar sujetas al régimen propio de las cotizadas) y realizar la oferta tras un plazo de 18 meses. En este momento, si la oferta fuera rechazada, la empresa podría negociar una extensión del plazo o pedir a la CNMV un aplazamiento, pero si esta solicitud también fuera denegada la compañía quedaría excluida de cotización. De este modo, la principal condición que pondría el órgano regulador a las empresas sería contar con capitalización mínima de 500 millones de euros.

Ahora bien, el hecho de separar los procesos de admisión y oferta plantea la cuestión de cómo fijar el precio de salida a Bolsa. Así las cosas, el precio de salida será fijado por un experto que, no obstante, no será un auditor, puesto que contará únicamente con la información pública disponible.

Sin embargo, la negociación de las acciones de estas empresas se dará sólo en segmentos de inversores profesionales con tickets mínimos de 100.000 euros y mediante bloques. Por ello, lo que ocurrirá es que la negociación será más reducida y, por tanto, habrá menos variaciones de precios.

En este contexto, los posibles clientes que podrían interesarse por esta fórmula para salir a Bolsa serían grandes empresas familiares, empresas tecnológicas, startups y compañías de private equity. Así las cosas, destaca que es una buena oportunidad también para empresas latinoamericanas que quieran debutar en Europa. En todo caso, Berricano explica que por el momento ningún cliente se mostrado interesado.

Con todo, lo cierto es que no existe un plazo oficial en el cual comenzará a funcionar este nuevo régimen, pero según Berricano desde la CNMV ya estarían dispuestos a que las empresas comenzaran a operar de este modo. En cambio, explica, se cree que desde BME Growth desean oficializarlo, algo que se podría producir a lo largo de las próximas semanas o meses.

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