El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en lo que bautizó como "Día de la Liberación" una catarata de aranceles para medio mundo con llamativas excepciones (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Cuba). El líder republicano exhibió ante la prensa y ante un grupo de trabajadores que jalearon sus anuncios unos carteles con los países que, según él, castigan financieramente a Estados Unidos y los aranceles "recíprocos" que se les impondría. El listado abarca a países "amigos y enemigos" según anunció Trump, que defendió que Estados Unidos había sido "estafado" y "saqueado".
Además de las ausencias, llama la atención entre las decenas de países golpeados por Trump la presencia de diminutos países insulares, castigados también con aranceles que van del 10 al 40 por ciento. Para estupor de los analistas, entre ellos están territorios deshabitados: las islas Heard y McDonald, al final de la lista, sufrirán un arancel del diez por ciento a pesar de que su actividad económica es cero (y por tanto el comercio con EEUU es inexistente) y sólo las habitan aves, focas y pingüinos. El minúsculo archipiélago, próximo al océano Antártico, está cubierto de hielo todo el año. Según Australia, se trata de "una las áreas menos perturbadas antropogénicamente del mundo".
También recibió un 29 por ciento de aranceles la remota isla de Norfolk, un territorio también dependiente de Australia situado en el Índico. La isla sufrirá un arancel sensiblemente superior al australiano, del 10 por ciento. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, mostró su desconcierto por el castigo a este territorio: "No sé qué grandes exportaciones hace Norfolk a EEUU pero ahí están sobre la mesa", dijo sobre los gravámenes en declaraciones recogidas por The Washington Post. El motor de la isla es el turismo, fundamentalmente de australianos.
Además, fueron objeto de la furia arancelaria de Trump Tokelau, un territorio que depende de Nueva Zelanda con unos 1.600 habitantes, y las islas Cocos, otro archipiélago australiano con unos 600 habitantes.
Mientras, las islas de Svalbard y Jan Mayen, pertenecientes a Noruega y situadas muy cerca de Groenlandia, también están prácticamente deshabitadas. En la de Jan Mayen sólo hay una estación meteorológica sin población permanente. El archipiélago sufrirá un arancel del 10 por ciento frente al 15 por ciento noruego.
Según el diario, la Casa Blanca no ha acertado a aclarar por qué muchas de las islas en las listas de Trump sufrirán mayores impuestos que sus metrópolis. Como ocurre en Norfolk o el archipiélago noruego en el Ártico, también Reunión, administrado por Francia, sufrirá un 37 por ciento de aranceles, muy superior al 20 por ciento europeo.