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Los dueños de Almaraz barajan pedir una miniprórroga que ligaría su futuro a Cataluña

El sector ve fácilmente ejecutable una prórroga de dos o tres años que permita operar Almaraz hasta 2030, un año clave.

El sector ve fácilmente ejecutable una prórroga de dos o tres años que permita operar Almaraz hasta 2030, un año clave.
Central Nuclear de Almaraz | CNAT

Con una creciente movilización en la zona y el reloj corriendo en contra, la central nuclear de Almaraz, la primera del calendario de cierre, podría estar en vías de encontrar una solución para prorrogar su vida unos años clave. Hace unos días, uno de los tres dueños de Almaraz, Naturgy (11,3%), lanzó una propuesta que podría estar cogiendo forma: prorrogar dos o tres años su actividad, hasta 2030, dando así oxígeno a la central extremeña y permitiendo al mismo tiempo evaluar con más calma las opciones para el resto del parque nuclear español en un momento en que Europa y el resto del mundo llevan la senda contraria a la emprendida por el Gobierno.

Francisco Reynés, presidente de la energética, señaló sobre esta idea que sería sencilla: el motivo, que cuando Almaraz consiguió su última renovación de la autorización de explotación presentó la documentación para diez años aunque finalmente la autorización fue de siete. Eso, señaló en un reciente foro económico, haría que fuera más fácil esta extensión de actividad dando tiempo a la vez a plantear un "programa razonable" para el resto de centrales.

La propuesta, que desde el sector ya barajaban como una de las opciones más viables, habría sido asimilada también por los otros dos propietarios, según adelantó El Mundo: Iberdrola (53%) y Endesa (36%). También en el caso de estas dos eléctricas sus máximos responsables están reiterando públicamente el mensaje de su disposición a seguir en marcha. Desde Endesa, mientras su presidente, José Bogas, ha venido insistiendo en el "error" del cierre, fuentes de la empresa han manifestado que están "dispuestas, si se diesen las condiciones, a contemplar un hipotético escenario de renovación de la autorización de explotación como complemento al escenario actual de su cierre". Similar mensaje lanzaron este martes desde Iberdrola, cuyo presidente, Ignacio Sánchez Galán, también se ha manifestado con contundencia a favor de mantenerlas abiertas reevaluando el escenario, en alusión a los impuestos.

La posibilidad de que la idea de Reynés se convierta en una solicitud formal podría abordarse en la próxima Junta de Administradores de Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT), sin fecha aún pero que se espera en las próximas semanas, según pudo saber LD. Fuentes de Iberdrola señalaron a Europa Press que propondrían ante el organismo iniciar los trabajos necesarios para posibilitar su continuidad, con el objetivo de no impedir la posibilidad de la extensión del parque nuclear, en el caso de que las condiciones actuales sean modificadas.

Para que la propuesta saliera adelante se necesitaría la unanimidad de sus miembros, una sintonía que sus propietarios ya exhiben públicamente. Fuentes del sector insisten en que esta especie de vía intermedia entre el cierre y la liquidación del calendario actual no presentaría en principio demasiadas dificultades, algo especialmente relevante cuando falta poco más de año y medio para el apagado del primer reactor, previsto en octubre de 2027.

Cuando se solicitó la anterior prórroga, la central presentó su Revisión Periódica de Seguridad para diez años, aunque finalmente sólo se concediera una extensión de siete en el caso del reactor I y ocho en el caso del segundo. Eso haría que una parte fundamental del trabajo para solicitar una renovación de la autorización de explotación estuviera ya hecha y revisada por el Consejo de Seguridad Nuclear. Para las empresas, la extensión de vida podría abrir la puerta a la rebaja de la actual tasa ENRESA, recurrida en los tribunales y calculada con el actual calendario de cierre. El Gobierno, mientras, tendría la posibilidad de intentar vender que esta "miniprórroga" no es una rectificación en toda regla del plan de clausura.

El complejo año 2030

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Sala de control de Almaraz | CNAT

Desde el sector enfatizan que un aspecto muy relevante de esta extensión si finalmente saliera adelante: el escenario de cierre se trasladaría a 2030, un año clave para el parque nuclear español porque según el calendario también sería el de cierre de otros dos reactores: el de Cofrentes, en la Comunidad Valenciana, y uno de los de Ascó, en Tarragona.

De debatir "Almaraz sí o no" se pasaría a debatir la continuidad de un total de cuatro reactores españoles. Se plantearían dilemas como la viabilidad de los cierres simultáneos y el solapamiento de los desmantelamientos, un complejísimo y costoso proceso que España tendría que acometer en muy pocos años. Por otro lado, ya no estaría Extremadura sola en la lucha contra el cierre: en el debate tendrían el mismo protagonismo Comunidad Valenciana y Cataluña, una región para la que el parque nuclear, con sus tres reactores, es especialmente relevante, y donde ya se están alzando voces de alarma, entre ellas las de los socios de Pedro Sánchez.

La abstención de Junts y ERC permitió hace pocos meses que saliera adelante una Proposición no de ley contra el cierre, entre avisos de la difícil situación en que quedaría la región si se acomete. Con más de un sesenta por ciento de la generación eléctrica en Cataluña proviniendo de la nuclear y un complejísimo panorama energético, según advirtió un reciente informe de PwC, en 2030 las voces en contra previsiblemente se multiplicarían y el cierre de Almaraz quedaría así ligado al aún más complicado escenario catalán.

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