
Este jueves la Comisión de Energía recibió a los candidatos del Gobierno, sin hablar con la oposición, para renovar el Consejo de Seguridad Nuclear. El Ejecutivo proponía para repetir en el cargo al actual presidente, Juan Carlos Lentijo; a la exconsejera y exdiputada socialista Pilar Lucio, y al físico antinuclear Miguel Castejón; mientras, proponía a Silvia Calzón, médico y ahora miembro del gabinete de Pedro Sánchez, como nueva consejera.
La sesión, en la que todos ellos por muy poco lograron el respaldo de la comisión con el voto en contra de PP y Vox (18 votos a favor, 17 en contra) sirvió para que cada uno de ellos tratara de justificar su puesto en el organismo que vela por la seguridad nuclear de todas las instalaciones españolas. Ante lo injustificable de los nombramientos de Calzón, ex secretaria de Estado de Sanidad, y de Lucio, que estudió Políticas y Sociología, la consejera socialista llegó a decir que para estar en el pleno "no es imprescindible tener conocimientos extraordinarios en esta materia". "A lo mejor tener demasiados conocimientos también es contraproducente", dijo para estupor de los presentes.
Las leyes que rigen el Consejo de Seguridad Nuclear hablan no obstante de "reconocida solvencia" y también de "independencia", un atributo que el sector lamenta que se esté enterrando cada vez más en un organismo clave para España y más aún en estos momentos, en pleno debate sobre si es conveniente ahora emprender el programado cierre nuclear. Por otro lado, el examen de las atribuciones del Consejo de Seguridad Nuclear desbarata la torpe excusa de Lucio para justificar su puesto y el de su compañera.
El Consejo de Seguridad Nuclear vela por la seguridad nuclear y la protección radiológica en España. Entre sus misiones está la inspección en todo tipo de instalaciones nucleares (centrales, equipos médicos…), la emisión de informes para la concesión de autorizaciones para instalaciones nucleares (desde las centrales a la fallida mina de uranio en Salamanca), la concesión de las licencias los operadores, el asesoramiento a las instituciones, la promoción de la investigación en materia nuclear y, quizás, el punto más relevante, "inspecciona, evalúa, controla, propone y adopta, en caso de ser necesario, informando a la autoridad competente, cuantas medidas de prevención y corrección sean precisas ante situaciones excepcionales o de emergencia que se presenten".
Fuentes consultadas por LD destacan que entre las misiones de los consejeros están las guardias ante eventuales emergencias nucleares, que asume un consejero cada fin de semana. Si se produjera una emergencia de este tipo mientras Lucio o cualquier otro consejero estuviera en ese "retén" especial del CSN, sería ella quien asumiría "la dirección de la emergencia", convirtiéndose en el "responsable de emergencias nucleares de toda España" en ese momento.
Aunque en esa situación los técnicos ayudarían, sería el consejero quien estaría al frente de una hipotética situación de urgencia en la que quizás habría que decidir sobre información a la población, evacuaciones, comunicación con los municipios afectados… "La decisión última sería suya, no es lo mismo una persona que sepa o que no sepa", resumen.
El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear se reúne semanalmente para tratar asuntos como cambios en equipos de las centrales, aprobación de almacenes de residuos o exámenes de autorizaciones para instalaciones nucleares. Se trata de un órgano colegiado, destacan las mismas fuentes, y aunque exista un presidente, "todos tienen que opinar" en función de sus conocimientos. Los consejeros también tienen funciones de representación en el extranjero, pues entre su misión está el contacto con otros organismos reguladores.
"¿Te puede operar un violinista?"
El nombramiento creciente de cargos políticos (algo en lo que también ha caído el PP en el pasado) "desmoraliza a los técnicos y los trabajadores de las centrales", afirman las mismas fuentes, que vuelven a reclamar perfiles distintos para unos cargos tan especializados y con tal carga de responsabilidad. El organismo, en el que se han incluido peones políticos para controlarlo o para buscarles una buena salida, ha tenido entre sus miembros otros perfiles polémicos como el citado Castejón, empeño de Podemos y activista antinuclear con Ecologistas en Acción o el de la exministra Cristina Narbona, también sin conocimientos nucleares pero que accedió al cargo justo a tiempo para hacer un hueco en el Congreso al siguiente de la lista de diputados por Madrid, el entonces líder de la oposición Pedro Sánchez.
Según el sector actuar así es destruir el prestigio de la institución. Sobre el argumento del Ministerio de Transición Ecológica de que Calzón es médico y entre las materias que trata el CSN está la medicina, las mismas fuentes destacan que si bien el CSN también se encarga de la seguridad en la medicina nuclear, Calzón no es especialista en protección radiológica. Señalan también que quienes asumen las competencias de seguridad en la medicina nuclear son físicos e ingenieros nucleares.
"Es un disparate: ¿te puede operar un politólogo, un violinista?", ejemplifican lamentando la imagen de España que transmiten estos nombramientos políticos.


