Una frase en el acuerdo para la nueva gran coalición en Alemania ha provocado inquietud entre los hosteleros: en el capítulo monetario, la CDU y el SPD señalan su intención de garantizar que "cada cual pueda decidir cómo paga en su día a día" e impulsarán, con el fin de que "exista una libertad real", que todos los comercios y restaurantes ofrezcan la posibilidad de pagar en efectivo "y al menos con una opción digital".
El acuerdo, que también menciona su "apoyo" al euro digital con el fin de que sirva para todo tipo de transacciones "exactamente igual" que el efectivo, recoge también bajadas de impuestos para los restaurantes, pero la posibilidad de que se les obligue a disponer de datáfono ha despertado ya protestas entre los comerciantes.
Aunque desde la CDU y la CSU justifican la medida en esa "garantía de libertad" para los usuarios, la futura norma se interpreta como una vía para tratar de recaudar más con la excusa de la evasión fiscal. Desde la principal asociación de hosteleros del país, señalan que esta obligación supondrá una pesada carga para algunos establecimientos, sobre todo aquellos con facturas de menos de 20 euros por cliente, y rechazan que se vea en los carteles de "sólo efectivo", aún relativamente frecuentes, una argucia para pagar menos impuestos.
La propuesta de los políticos alemanes puede resultar chocante cuando en la gran mayoría de países europeos la realidad es justo la contraria y el problema comienza a ser que ya hay comercios que no aceptan efectivo. Alemania, y su vecina Austria, lleva años convertida en una excepción en el continente por su predilección por la moneda física. Aunque es cierto que los pagos sin efectivo van creciendo lentamente, la tendencia es mucho menor que la de sus países vecinos y según el Bundesbank, el 51% de las transacciones en 2023 se hicieron en efectivo. Además, un sondeo de la entidad señala que dos tercios de alemanes querrían seguir usándolo dentro de quince años aunque la mayoría dé por seguro que su uso disminuirá drásticamente en breve.
La entidad defiende en varios informes la necesidad de proteger esta fórmula de pago y garantizar su acceso a todos los ciudadanos con la proximidad a cajeros automáticos: "A los ciudadanos no se les debe decir de qué forma pagar sino que deben ser libres para elegir", señala; "billetes y monedas continúan siendo la forma predilecta para pagar en su día a día para muchas personas" y por ello, indican, van a defender "que siga siendo una forma de pago" y se muestran en contra de su abolición. Y aunque apuntan que hoy por hoy "los alemanes ven muy accesible el efectivo", hay que estar "vigilantes para garantizar que los ciudadanos mantengan su libertad para pagar como deseen".
La razón de que triunfe el efectivo
Aunque la preferencia por el efectivo es más acusada, como en otros países, entre las personas de edad más avanzada, también los adultos jóvenes se siguen decantando por el efectivo en un país donde el uso de tarjetas de débito y sobre todo crédito es mucho menos habitual que en otras zonas.
El motivo tras este comportamiento es la búsqueda de privacidad, muy acusada entre los alemanes, que prefieren la protección que proporciona el uso de efectivo frente al rastro digital de las transacciones electrónicas y que estará aún más amenazado si acaba implantándose el euro digital que promueve la UE.