
Muchos malos informes y ni una buena acción. Parece ser la consigna del nuevo Banco de España con José Luis Escrivá. Tras el escándalo del informe macro menguante -pasó de 303 páginas el año previo a 199 con Escrivá-, tras la eliminación de toda crítica seria al sistema de pensiones, cupo catalán, perdones de deuda a los separatistas, deterioro institucional…, tras la dimisión del director general de Economía, Ángel Gavilán, justo tras el escándalo del informe, llega la última entrega de la obra y gracia de Escrivá en una institución cuyo único patrimonio posible debe ser su independencia: los rumores sobre el posible traslado de la unidad de estudios -la que elabora los informes clave sobre la actuación del Gobierno- a Barcelona. El Banco lo niega, pero las fuentes internas han mostrado a Libertad Digital su absoluta falta de confianza porque "Escrivá quiere neutralizar el Servicio Estudios para que siga las indicaciones de Sánchez", señalan.
Muchas voces internas descuentan guiños al separatismo. Y lo cierto es que un cambio interno puede favorecer este objetivo. El Banco acaba de comunicar a su plantilla el intento de que, sin desplazamiento de sede, los trabajadores puedan conectarse desde las sedes regionales del Banco para trabajar en divisiones centrales. Y eso, obviamente, puede permitir una elevación de la presencia de personal de zonas como Cataluña en divisiones donde ahora había un mayor porcentaje de personal procedente de Madrid.
"Escrivá quiere neutralizar el Servicio de Estudios para que siga sus instrucciones, que son las del Gobierno. Realmente no le hace falta ni vaciar el Servicio sino mantener el régimen de terror que ha impuesto en el Banco y nombrar un director general que con un par de comisarías políticas, controlen todo lo que sale de ahí", señala una fuente interna. Y esa parece la línea.
"Puede llevarse la DGE a Barcelona? ¿Por qué no? Eso hizo el PSOE con la CMT y eso se tradujo en la salida de ese organismo de muchos, los mejores profesionales, que no quisieron irse allá. Esa sería una forma de ‘limpiar’ el departamento de estudios", aclara la misma fuente.
El control del Banco de España
Lo cierto es que el exministro de Pedro Sánchez, José Luis Escrivá, que ha conseguido multiplicar por tres la deuda del sistema de pensiones tras su paso por la Seguridad Social, tiene nuevos planes para el Banco al que acaba de llegar enviado por Pedro Sánchez. "Su objetivo final es el control del Banco de España y para ello está dispuesto a cambiar su organización por completo", señalan fuentes internas.
Las mismas fuentes aseguran que el argumento interno que se les ha dado para el traslado de la sede del departamento de innovación y datos pasa por la instalación del museo —ni siquiera el personal interno oculta sus risas al oír semejante disculpa— y por "aumentar la ramificación y descentralización del Banco potenciando las sucursales de la institución repartidas por todo el territorio nacional". El argumentario oficial incorpora en esta explicación un dato usado de forma totalmente torticera, que el Banco cuenta ya con 15 sucursales. Se olvida de aclarar que proceden del esquema pasado en el que el Banco tenía un poder real sobre todos los bancos —los sistémicos dependen ya del BCE— y había sedes de bancos y cajas por toda España.


