La inseguridad jurídica, la inestabilidad política y la incertidumbre son algunos de los factores que han llevado a buena parte de las empresas a escapar de Cataluña desde que comenzase el procés. Sin embargo, a ello se le suma la restrictiva política de vivienda aplicada en la región contra el sector inmobiliario. En consecuencia, los grandes fondos de inversión están comenzando a retirarse del mercado catalán.
Concretamente, de acuerdo con El Economista, Blackstone y Azora serían los últimos fondos que habrían decidido poner a la venta buena parte de sus carteras inmobiliarias en Cataluña. De esta forma, seguirían los pasos de la gestora alemana Patrizia.
Fuga de fondos
Aunque a la izquierda política y mediática les guste señalar a los fondos de inversión como los grandes males de nuestra sociedad, lo cierto es que el hecho de que las grandes empresas desean salir de un determinado mercado, demuestra que existen factores que afectan negativamente a la imagen y las expectativas que tienen los agentes económicos sobre el mismo. Por este motivo, que los grandes fondos de inversión en el sector inmobiliario hayan comenzado a deshacer sus posiciones en el mercado catalán indica que éste presenta una serie de factores, estructurales o coyunturales, que deberían ser erradicados.
Precisamente ha sido en Cataluña donde, en un contexto en el que el Gobierno central ha implementado una política excesivamente restrictiva sobre el mercado de la vivienda, más agresiva ha sido la persecución contra el negocio inmobiliario. Así, el tope de los precios y las altas cargas tributarias han terminado por dinamitar este mercado en la región.
En consecuencia, como destaca El Economista, Blackstone estaría apostando ahora por vender aquellos inmuebles que se queden vacíos y aquellos cuyos contratos finalicen. De hecho, según este medio, el fondo de inversión habría comenzado a enviar notificaciones a los inquilinos para comunicarles que, al términos de su contrato, éste no será renovado debido a que el inmueble será vendido.
Esta misma decisión habría tomado otro de los grandes fondos de inversión en el sector inmobiliario, Azora, que también habría optado por seguir a la gestora alemana Patrizia, que en octubre del pasado año lanzó a la venta una megacartera de más de 500 viviendas que tenía en alquiler, repartidas en siete promociones y ubicadas en los municipios de Sagrera, Sant Just Desvern y Badalona.
Nefasta ley de vivienda
Con todo, es evidente que el impacto de la Ley de la vivienda ha llevado a la destrucción de buena parte de la oferta. En concreto, si nos fijamos en la evolución del mercado del alquiler, vemos que en los dos años en los que ha estado en vigor esta normativa, la oferta se ha reducido en más de 120.000 viviendas. Así lo confirma un estudio elaborado por el Observatorio del Alquiler, en el que se detalla además que, al mismo tiempo, se ha disparado la presión de la demanda, con más de 100 interesados por cada vivienda que sale al mercado.
En este sentido, la Comunidad en la que la tensión del mercado del alquiler ha crecido en mayor proporción es, precisamente, Cataluña. Como se recoge en este informe, Barcelona ha perdido en estos dos años casi 30.000 vivienda en alquiler (la mayor cifra del país) al tiempo que cuenta con la mayor cantidad de interesados por inmueble (más de 300).