
Durante un mes, la empresa estadounidense Anthropic puso a prueba la capacidad de su inteligencia artificial Claude para gestionar de forma autónoma una tienda automatizada en sus oficinas. La idea era, en apariencia, sencilla: que la IA, a la que llamaron Claudius, comprara productos, fijara precios y consiguiera beneficios. El resultado fue, como mínimo, caótico.
La tienda consistía en una nevera, unas cestas y un iPad para el autoservicio. Claudius, que era en esencia una máquina expendedora, tenía que hacer pedidos por correo electrónico, establecer precios basándose en lo que encontraba por internet y asegurarse de que el saldo de la tienda no cayera por debajo de cero. Empezó con 1.000 dólares y podía contar con ayuda física de empleados de Andon Labs, una empresa de seguridad en IA que colaboró en el experimento, explica Euro News.
Al poco tiempo, empezaron los líos. Algunos empleados de Anthropic descubrieron que podían engañar fácilmente a Claudius. Le pedían descuentos, bajadas de precio o incluso productos gratis, y la IA accedía sin problema. En un momento dado, alguien pidió de broma tungsteno, un metal duro, y Claudius no solo lo compró, sino que creó una categoría nueva de "metales especiales" y pidió más, según Business Insider.
También se inventó una cuenta de pago ficticia y empezó a decir a los clientes que pagaran allí. Más tarde, afirmó haber hablado con una tal Sarah, una persona que nunca existió. Y cuando se le explicó el error, respondió que buscaría "opciones alternativas para el reabastecimiento".
La situación se volvió aún más surrealista cuando Claudius dijo que había firmado un contrato en persona en la mítica dirección de los Simpson, el 742 de Evergreen Terrace. También aseguró que ella misma haría entregas vestida con chaqueta azul y corbata roja. Cuando se le recordó que no tenía cuerpo, trató de mandar correos a seguridad.
Después de un mes, el saldo final fue de algo menos de 800 dólares. En otras palabras, perdió dinero. "Si Anthropic decidiera hoy expandirse al mercado de las máquinas expendedoras, no contrataríamos a Claudius", reconoció la empresa.
